Pío Cabanillas, una carrera política prolongada
Pío Cabanillas, uno de los principales integrantes del grupo de barones que alcanzó notoriedad en los momentos de máxima contestación al entonces presidente Adolfo Suárez, es la persona elegida por el ahora presidente Calvo Sotelo para sustituir a otro connotado barón, Francisco Fernández Ordóñez, al frente del Ministerio de Justicia.El nuevo ministro dispone de un expediente repleto de referencias que acreditan su formación: matrícula de honor en todas las asignaturas de la carrera de Derecho, cursada en la Universidad de Granada; licenciatura y doctorado, esta vez en Madrid, con premio extraordinario; notario, registrador de la propiedad y letrado de la Dirección General de los Registros y del Notariado.
El nuevo ministro de Justicia, que tiene bien ganada fama de gallego ejerciente, nació en Pontevedra el 13 de noviembre de 1923. Está casado y tiene un hijo.
El principio de su carrera política está ligado a José Solís, que le nombra, en 1960, jefe de los servicios jurídicos de la Oroanización Sindical. Otro callego, Manuel Fraga, le requiere en 1962 para desempeñar la Subsecretaría del Ministerio de Información y Turismo, desde donde aportaría su personal impulso a la primera disposición legal aperturista del anterior régimen: la ley de Prensa e Imprenta de 1966.
Tuvo participación importante en el Consejo del Reino, tras su elección en 1967 a través de los colegios profesionales, y como secretario del citado organismo, elegido por los restantes miembros del mismo. Idéntico cargo ocuparía, esta vez como representante de los procuradores familiares, en 1971, tras un paréntesis apartado de la política activa, en el que presidió la compañía Tabacalera, SA.
Sin duda alguna, su figura adquirió especial relevancia pública al cesar, en octubre de 1974, como ministro de Información y Turismo (cargo para el que había sido nombrado en enero de ese año) por abiertas discrepancias con la política del entonces presidente del Gobierno, Carlos Arias. Su cese en el Gabinete Arias arrastró al propio vicepresidente, Antonio Barrera de Irimo, y a Francisco Fernández Ordóñez, presidente del Instituto Nacional de Industria, a presentar la dimisión.
Enjunio de 1975, durante el acto de presentación de un libro, pide públicamente una fecha para la coronación del entonces Príncipe de España, don Juan Carlos. Fue su reencuentro con la política activa.
Muerto Franco, promovió, junto a José María de Areilza, el Partido Popular, del que fue presidente hasta que desapareció para integrarse en UCD en 1977. Fue nombrado ministro de Cultura por Adolfo Suárez en julio de 1977; ministro sin cartera, adjunto al presidente, en septeimbre de 1980, y ministro de la Presidencia, cargo que ostentaba en la actualidad en el Gabinete de Leopoldo Calvo Sotelo, en febrero de este año.
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