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Satisfacción en el Ministerio de Exteriores por el informe del Parlamento británico sobre Gibraltar

El Gobierno español no ocultó ayer su satisfacción ante la publicación por el Parlamento británico de un informe del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de los Comunes en el que se dan por buenas muchas de las posiciones españolas en el contencioso hispano-británico sobre Gibraltar.

El documento, cuyo contenido adelantó ayer a EL PAÍS, ha sido calificado de «serios y riguroso» por un portavoz oficial del Ministerio español de Asuntos Exteriores, donde, por otra parte, no se oculta la satisfacción de ver confirmadas por los propios parlamentarios británicos las posiciones hispanas en el debate gibraltareño y muy concretamente en lo que se refiere al acuerdo de Lisboa.El informe señalaba que la concesión a los trabajadores españoles de los mismos derechos que los que ostentan los demás ciudadanos de la CEE debe ser simultánea a la apertura de la frontera por parte española. España no abrió la frontera, de acuerdo con lo pactado en Lisboa entre Oreja y Carrington la pasada primavera, precisamente -según fuentes oficiales hispanas- por la exigencia de Madrid de contrapartidas para los trabajadores hispanos. Ahora el informe del comité de relaciones exteriores de los Comunes, que preside sir Anthony Kershaw, da razón a la posición del Gobierno de Madrid frente a la política del Foreign Office, que era favorable desde un principio a la apertura de la frontera y a incluir en una negociación posterior el tema de los trabajadores.

Asimismo, ha causado satisfacción el hecho de que, por primera vez en un documento británico, aunque éste no tenga el carácter ejecutivo, parlamentarios británicos pongan en duda la britanidad del istmo que une el Peñón a la Península, partiendo del contenido del tratado de Utrecht. Esta duda ha causado, de seguro, mayor malestar en los medios oficiales de Londres, donde siempre se rechazó esta posición hispana que el Gobierno de Madrid tiene presentada como reivindicación ante las Naciones Unidas.

En todo caso, lo que sí es cierto es que el informe no ha pasado inadvertido y provocará reacciones, sin duda alguna, en Gibraltar y ha de pesar sobre las conversaciones Londres-Madrid en torno a este tema. Conversaciones que en el reciente encuentro entre Pérez Llorca y lord Carrington parece que se reanimarán en fecha próxima íntimamente ligadas a la urgencia del proceso de incorporación de España a la OTAN y al margen ya del incidente diplomático y el acaloramiento político que provocó la llegada a Gibraltar de los príncipes de Gales, Carlos y Diana, a principios del mes de agosto.

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