Israel teme el precio, político por la entrega de los aviones norteamericanos
La satisfacción sentida en la capital israelí como consecuencia de la decisión del presidente Ronald Reagan de levantar el embargo sobre la venta de los aviones F-15 y F-16 se ve empañada al pensar en el precio que Israel tendrá que pagar por la suspensión del embargo. Las manifestaciones de Menájem Beguin que hablaban de una entrega incondicional de los aviones han causado estupor en Washington y Tel Aviv se apresta a reducir la tensión proponiendo un plan de no proliferación nuclear en Oriente Próximo.
El primer ministro, Menájem Beguin, proclama que el Estado hebreo no se halla sometido a "ninguna restricción" en la utilización de las armas entregadas por Estados Unidos, y su jefe de Prensa afirma que el levantamiento del embargo es "incondicional".Si en Israel los observadores políticos se muestran escépticos, en Washington las declaraciones de Beguin han sido acogidas con "estupor e incredulidad", Sin embargo, este corresponsal ha podido saber que no habrá desmentido oficial para ' evitar crear una atmósfera de crisis en vísperas de la entrevista del próximo mes entre Reagan y Beguin.
En privado, sin embargo, los portavoces norteamericanos no ,ocultan su cólera al ver al primer ministro Beguin, "si no anular unilateralmente, al menos hacer como que ignora" la claúsula del acuerdo norteamericano-israelí firmado el 23 de julio de 1952, que prohibe explícitamente la utilización de equipo -militar estadounidense en operaciones de agresión. Sin embargo, en medios próximos a Beguin afirma que Estados Unidos no es quién para dar lecciones de moralidad a Israel. A este propósito se recuerda que durante la guerra de octubre de 1973, en la que Israel fue atacado por Egipto y Siria, la Administración norteamericana no dudó en retrasar la venta de armas y municiones esenciales para la defensa del país para obligar al Gobierno de Golda Meir a mostrarse más receptivo a los consejos de Henry Kissinger.
"Los aviones son entregados, pero la discusión continuará", titula el diario Maariv (independiente nacionalista), mientras que el Jerusalem Post (independiente liberal) recuerda que para Estados Unidos la compra de armas no es una transacción comercial normal, sino que implica aspectos políticos que no pueden ser ignorados. Y el periódico concluye: "Israel n6tiene ninguna obligación de someterse, sin murmurar, a los dictados políticos norteamericanos. A fin de cuentas, somos nosotros quienes hemos de fijar los imperativos de nuestra seguridad nacional. Dicho esto, el Gobierno no debe hacerse ilusiones: el ejercicio del derecho soberano a la autodefensa, sin hacer caso de las preferencias políticas de nuestros amigos y aliados, tiene un precio".
Para reducir la tensión, Israel estudia la posibilidad de flexibilizar su actitud con respecto a la proposición norteamericana de desnuclearizar Oriente Próximo. Hasta ahora el Gobierno israelí sé ha negado a firmar el tratado de no proliferación de armas nucleares hasta que no haya paz entre los Estados árabes y el Estado hebreo. Moshe Dayan siempre ha sido partidario del no israelí e incluso propuso "preparar la opción nuclear", dado que el pequeño Estado de Israel no estaba en condiciones, según afirmaba, de continuar la carrera de armamentos convencionales.
La nueva proposición americana, elaborada por Eugène Rostow, pretende dar un rodeo para salvar el obstáculo del tratado de no proliferación de armas nucleares y sugiere un acuerdo sobre desarme nuclear en Oriente Próximo a semejanza del firmado entre los países latinoamericanos, excepción hecha de Brasil y Argentina.
Israel estaría dispuesto a firmar un tratado regional de desmilitarización nuclear a condición de que todos los países árabes y musulmanes de la región -comprendidos Libia, Argelia y Pakistán- firmen también el acuerdo.
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