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LA LIDIA

Las Ventas: el largo vuelo de El Inclusero

Sería ahora muy fácil hacer un chiste sobre el vuelo de El Inclusero, porque un toro le hizo volar, de largo, en un gañafón terrible que le tiró y le rasgó la taleguilla de abajo arriba. Sería muy fácil, y bien traído. contrastando esa pirueta dramática con el vuelo largo que se trae este diestro, uno de los de mayor torería que hay en activo. Pero no lo haremos. ¿Para qué? No le vamos a venir con chistes al Inclu, que tiene el santo al revés, con esos toros que le salen.El de la voltereta era un bronco resabiado, el único verdaderamente bronco y resabiado de la tarde, al que sólo cabía aliñar y matar. El - Inclusero lo dobló por bajo y, en el macheteo, cuando menos lo esperábamos -ni él ni nadie- alargó el toro la gaita y en un centelleante derrote lo enganchó y lo mandó por los aires, allá lejos. Hasta entonces había quien pitaba, seguramente porque creía que a ese toro se le podían dar naturales. Tras la cogida, los pitos callaron; un respeto. Hay quien cree que todos los toros admiten faena, que son uniformes, y por eso aplaude complacidísimo las uniformes faenas de los dos pases.

Plaza de Las Ventas

15 de agosto. Toros de Salamanca, con gran trapío, en conjunto manejables. El Inclusero: metisaca bajísimo, estocada corta y rueda de peones (silencio). Estocada (silencio). Justo Benítez: pinchazo, estocada corta y bajonazo (silencio). Pinchazo, estocada caíday rueda de peones (ovación y salida al tercio). Curro Cruz, que confirmó la alternativa: dos pinchazos y estocada (aplausos y saludos). Pinchazo y estocada caída (silencio).

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Curro Durán, a hombros en la Maestranza

Pero, afortunadamente, de esos cada vez quedan menos y la gente reacciona hacia la mentalidad del aficionado, que quiere del toreo mando y variedad, y, sobre todo, torería, como la de El Inclusero, que la lleva en la sangre y le rezuma, y le hace estar pendiente de la lidia y tener una especial intuición para colocarse allí donde la lidia lo exige. Por eso los dos quites de la tarde, estupendos quites, fueron suyos, para salvar a sendos peones de situaciones comprometidas.

Torería hubo cuando hizo retirarse a los peones y salió a buscar al cuarto toro a los medios, para iniciar allí la faena. En épocas pasadas se oía muchas veces, casi siempre, la voz del maestro: ¡Irsus! Bonita palabra, que debería recoger el Diccionario de la Academia. Y los peones, al conjuro de la mágica voz -«iIrsus!» -, se tapaban, y el diestro se iba a los medios, y allí se doblaba, arqueando la pierna, y los huesos le hacían cris-cras-crus al toro. Así, El Inclusero ayer.

Lo que ocurre es que a ese toro se lo habían asesinado en varas, alevosos lanzazos traseros, y con la suma de las dobladas quedó agotado. Algún dibujo del natural y el redondo llegó a conseguir El Inclusero, un cambio de mano rematado en natural para salir con recurso e improvisada filigrana de un achuchón, tal cual de pecho, un molinete; detalles sueltos y poco más. Su largo vuelo de torero largo lo dejan alicorto los reveses de la fortuna. Paciencia, que ya le saldrá su toro.

Pudo haber sido el primero, de mucha nobleza, que además se llamaba Rosón (sin mala intención, se comprende). « ¡Anda que si le sale ese toro a Antoñete!», le ha dado por decir a la gente. Y el Inclu, de mirón, estaba allí, en la boca del burladero, contemplando cómo Curro Cruz, al que acababa de confirmar la alternativa, le pegaba al Rosón pases insulsos, en, el transcurso de una interminable faena. Repitió la ración en él sexto. Justo Benítez estuvo aseado con un toro de media arrancada y valiente con otro que se había ido arriba, pues le faltaba un puyazo. En los medios intentó atemperar sus bruscas embestidas, sin conseguirlo. Quizá las dobladas era lo que aquí habría hecho falta.

Banderillearon Curro Cruz y Justo Benítez. No lo hicieron mejor que cualquier peón. Y terminada la corrida hubo la rifa de un jamón y verbena. A la entrada. habían repartido claveles para las damas, puros para los caballeros (aunque alguno lo pidió al revés, ¿no te digo lo que hay?) y juguetes para los niños. Era por la fiesta de la Paloma.

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