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CANARIAS

Graves enfrentamientos entre aparceros en huelga y vigilantes y guardias civiles en Gran Canaria

Un teniente de la Guardia Civil y dos números resultaron heridos en los incidentes ocurridos el lunes en una finca del sur de Gran Canaria, al enfrentarse un numeroso grupo de aparceros a los vigilantes jurados y posteriormente a la Guardia Civil. Dos coches oficiales de la Benemérita quedaron destrozados durante los incidentes.

El lunes por la noche, un responsable de la Coordinadora de Aparceros entregó los dos revólveres y parte de la munición que le habían sido arrebatados a los vigilantes en las fincas Las Rosas y El Matorral. En distintos puntos del sur de la isla se produjeron diversos atascos en las vías circulatorias a raíz de una manifestación de cerca de mil trabajadores, como resultado de la huelga que han convocado en el sector tomatero. Concretamente en la zona de Maspalomas, un grupo de manifestantes cortó el agua y obligó a abandonar el trabajo a diversos aparceros que hicieron caso omiso a la convocatoria.Unos doscientos aparceros, pertenecientes todos ellos a la Coordinadora de Aparcería de Gran Canaria, invadieron la finca denominada Las Rosas, en la localidad sureña de Arinaga, propiedad de la empresa Herederos de Bonny, ante lo que se produjo un grave enfrentamiento con miembros del grupo de seguridad de la empresa que se encontraban de vigilancia, así como con fuerzas de la Guardia Civil.

Los incidentes se produjeron cuando los aparceros, entre los que predominaban jóvenes mujeres, llegaron a la finca Las Rosas, dedicada en su mayor parte al cultivo de pepinos, provistos de palos y piedras y con una actitud intimidatoria. Según manifestaciones de testigos presenciales, los aparceros en cuestión pretendían parar al personal que en ese momento se encontraba trabajando. Muchas mujeres sufrieron crisis nerviosas al producirse los incidentes y tuvieron que ser evacuadas; al mismo tiempo, el encargado de la finca fue apedreado y agredido por los aparceros.

Posteriormente, dos miembros del servicio de vigilancia intentaron detener el avance del grupo y efectuaron varios disparos al aire. Una vez vaciados los cargadores de sus armas reglamentarias, fueron agredidos y les robaron los revólveres, devueltos posteriormente por un responsable de la Coordinadora de Aparceros.

Portavoces de la empresa han manifestado que de ninguna manera esperaban esta actitud de los trabajadores en el primer día de huelga y que el personal que trabaja normalmente en la finca citada se había quedado sorprendido ante la postura adoptada, por los aparceros.

Más tarde hicieron acto de presencia fuerzas de la Guardia Civil, que disolvieron al grupo y practicaron numerosas detenciones, al parecer más de medio centenar. A última hora de ayer se ignoraba si los detenidos habían sido puestos en libertad.

Fuentes empresariales manifestaron textualmente que se reducirá la presencia de trabajadores «ante el clima de terror imperante», y que confían en que la Guardia Civil proteja la finca, ya que los servicios de seguridad de la empresa son insuficientes.

La empresa ha afirmado también que los aparceros no les han comunicado oficialmente la convocatoria de huelga -que, según la Coordinadora, empezó el pasado lunes- y que hasta ahora se habían sentado a negociar numerosas veces sin conseguir resultados definitivos.

Por otro lado, la Coordinadora de Aparcería difiere de la versión de los hechos que se han dado a conocer oficialmente. Según los aparceros, hubo normalidad «hasta que al salir la Guardia Civil pretendió detener a tres compañeros». Entonces se produjo el enfrentamiento del numeroso grupo de aparceros, que pretendió evitar las detenciones, ante lo que, según esta versión, la Guardia Civil efectuó disparos con botes de humo, pelotas de goma y balas de fogueo. Los propios aparceros indicaron que algunos de sus compañeros tuvieron que ser evacuados al recibir los efectos de estos disparos.

Los incidentes se repiten

Los hechos ocurridos el lunes en el sur de la isla de Gran Canaria no son nuevos. Ya el pasado año, la Coordinadora de Aparceros planteó una serie de reivindicaciones al iniciarse la zafra del tomate, que posteriormente llegó a feliz término, tras densas conversaciones con los empresarios. No obstante, no se produjeron incidentes de estas características, aunque las plantaciones se retrasaron considerablemente, con las consiguientes pérdidas para este importante sector de la economía canaria.

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