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La huelga de los controladores reduce a la mitad el tráfico aéreo en Estados Unidos

Algo más de la mitad de los vuelos nacionales norteamericanos, y un amplio porcentaje de los internacionales, fueron cancelados ayer por las compañías aéreas estadounidenses, como consecuencia de la huelga que los controladores aéreos comenzaron el lunes, pese a haber sido declarada ilegal por el presidente Reagan. El paro continuaba ayer y no tiene fecha para su terminación, aunque el Gobierno ha concedido de plazo hasta hoy a los huelguistas para qué depongan su actitud. Asimismo, un juez federal ha ordenado la vuelta al trabajo a los huelguistas. El caos generado por la huelga de controladores es impresionante en los aeropuertos estadounidenses. En el cielo, el mantenimiento de algunos servicios por los pocos controladores que no están en huelga ha creado algunas situaciones peligrosas, y a punto estuvieron de colisionar dos aviones como consecuencia de la falta de atención de los controladores, según informó el Gobierno.

Por otro lado, el Gobierno pretende sustituir a los huelguistas con controladores militares si persiste la actitud, cuando hoy expire el plazo concedido por Reagan para que vuelvan al trabajo. La amenaza que pesa sobre los controladores es el despido inmediato, ya que su situación laboral les liga a la Administración federal.Asimismo, la huelga está produciendo fuertes pérdidas a las compañías aéreas. Un cálculo imparcial cifra estas pérdidas en unos diez millones de dólares por cada día de huelga.

En una época en que tradicionalmente millones de norteamericanos aprovechan las tarifas reducidas de las líneas aéreas comerciales para disfrutar de sus vacaciones, la huelga de lo controladores aéreos puede hacer que este sea el verano del descontento para las empresas.

Por lo menos dos tercios de los vuelos domésticos en Estados Unidos fueron cancelados el lunes tras declararse la huelga por parte de la organización que agrupa a los controladores a las 13.00 (hora de Madrid), después de seis semanas de infructuosas negociaciones con el Gobierno federal de Estados Unidos.

Millones de viajeros congestionaron las terminales de autobuses y de ferrocarriles a lo largo de la nación en busca de medios de transporte para dirigirse a otras ciudades, bien por motivos de negocios o por vacaciones.

Aun si la huelga es de corta duración, como pretende el Gobierno norteamericano, que ha iniciado una serie de medidas en contra de la organización sindical, el paro afectará negativamente a las finanzas de las empresas de líneas aéreas.

El año pasado, la industria sufrió pérdidas por valor de 225 millones de dólares, siendo tan sólo la tercera vez en cuarenta años que las aerolíneas registran pérdidas económicas.

Los medios periodísticos norteamericanos están prácticamente inundados durante el verano de anuncios comerciales invitando a los turistas en potencia para que hagan uso de las tarifas reducidas ofrecidas por las líneas aéreas.

Pero el anuncio de la huelga el lunes significó de inmediato un gran descenso en el número de pasajeros en los vuelos comerciales ante el temor de no llegar a los distintos destinos.

Si bien por lo menos dos de las principales líneas aéreas norteamericanas -Pan American World Airlines y Braniff International- han expresado sus temores por el impacto negativo del paro en sus economías, la huelga repercutirá más desfavorablemente en compañías pequeñas, muchas de las cuales cubren itinerarios de vuelo entre ciudades de menor importancia.

Para Pan American, que a mediados de julio anunció una reducción del 10% en sus vuelos domésticos e internacionales en un intento de reducir las pérdidas de doscientos millones de dólares en los primeros seis meses del año.

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