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Millón y medio de madrileños comienzan hoy sus vacaciones de verano

En torno al millón y medio de madrileños abandonarán hoy la ciudad en busca de sus ansiadas y, en la mayoría de los casos bien ganadas, vacaciones de verano. Como todos los años por estas mismas fechas, las carreteras de salida de la capital, sobre todo hacia las costas levantina y andaluza y en dirección a los pueblos más o menos cercanos de las sierras de Guadarrama o de Gredos, sufrirán la mayor congestión de los últimos once meses

Para prever situaciones comprometidas y evitar mayores males, la Jefatura Provincial de Carreteras ha montado un dispositivo que, con la ayuda de la Guardia Civil, habrá de facilitar el éxodo veraniego de los madrileños.Como cada año, el día 31 de julio tiene, para buena parte de los ciudadanos madrileños, una imagen distinta, según los casos. Mientras para unos la alegría de comenzar las vacaciones supone abrir una brecha de ilusión, después de once meses de trabajo, otros, que no superan globalmente el 30% de los habitantes de esta ciudad, regresan con la vista puesta en la oficina de turno y, aunque algo más lejanos en el tiempo, en el colegio de los niños. Pero el día clave es hoy.

Para una fecha como la de hoy, la Dirección General de Carreteras ha anunciado que la circulación que se desarrolle por las carreteras cercanas a los grandes núcleos de población será crítica. La misma Dirección General ha conceptuado como circulación muy difícil la prevista para mañana sábado, en tanto que queda la calificación de difícil para el domingo día 2, y simplemente la de densa, para el lunes.

Previsiones aparte, hoy, un año más, las carreteras de salida de Madrid se verán colapsadas. A las ya tradicionales en tal trance de Andalucía o La Coruña se unirá -como ya sucedió el año pasado- la de Valencia

Pero no todos los madrileños han escogido el coche particular y, la carretera para emprender el camino de las vacaciones. Son muchos los ciudadanos que han preferido utilizar el ferrocarril. Tanto, que ayer era prácticamente imposible encontrar una plaza disponible en un tren que tuviera como destino cualquiera de las costas españolas: mediterránea, cantábrica o atlántica. Eso, a pesar de que Renfe, en previsión del gran aumento de la demanda que días como el de hoy suele traer consigo, había conseguido aumentar en más de 22.500 plazas su oferta diaria inicial. Otro tanto podría decirse de los transportes públicos por carretera, sobre todo camino, una vez más, de las playas.

A esa tranquilidad con la que los veraneantes abandonan la ciudad ha contribuido, sin duda, la desconvocatoria de la huelga de celo -Charlie 7- que han mantenido los pilotos de Iberia o al abandono de otra huelga conflictiva prevista para estos días, la de las gasolineras. Por cierto que la huelga de los pilotos ha retraído algo la demanda de billetes de avión por parte de los madrileños para iniciar su viaje vacacional, aunque ayer parecía que la oferta de pasajes aéreos iba, al fin, a ser cubierta en su totalidad. Las agencias de viajes registraban ayer, como en los días inmediatamente anteriores, una gran afluencia de público que, en no pocos casos, acudía a preguntar, simple y llanamente, dónde podría veranear.

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Calor agobiante

Para acabar de presentar el panorama del inicio de las vacaciones de ese millón y medio de madrileños, ayer fue uno de los días de calor más agobiante de los sufridos por la ciudad en los últimos tiempos. La superficie asfaltada o cubierta de cemento, piedra u hormigón que presenta la ciudad sirve, además, para que las radiaciones solares, emitidas nuevamente por esos materiales, se conviertan en radiaciones de onda larga, cuyos efectos son perceptibles incluso muy avanzada la noche.La situación de los observatorios atmosféricos hará variar, pues, la medición de la temperatura: no es igual la que se pueda medir en el Retiro que la que sufra un peatón que camine por la Puerta del Sol. De todas maneras, a partir de hoy serán muchos menos los peatones que sigan circulando por la jungla de asfalto de esta ciudad.

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