Peligran las relaciones entre Irán y Francia tras la huida del ex presidente Banisadr

La manifestación de varios centenares de hezbollahi, seguidores del Partido de Dios, ante la sede de la Embajada francesa, con gritos de Muerte a Francia y Devolvednos a Banisadr para juzgarlo, así como las explicaciones pedidas al Gobierno por el ayotllah Jaljali sobre la utilidad de mantener en Teherán una sede diplomática francesa, hicieron reaparecer ayer los temores de que Irán rompa sus relaciones con Francia o que esta legación pueda vivir un episodio similar al sufrido por los ocupantes de la Embajada norteamericana en la capital iraní.

Alrededor de doscientas personas se manifestaron ayer frente a la Embajada francesa en Teherán para pedir la extradición de Abolhassan Banisadr, a quien las autoridades galas concedieron el miércoles asilo político condicionado. Los manifestantes, en su mayoría integristas islámicos, repitieron eslóganes muy similares a los que precedieron la ocupación de la Embajada norteamericana en Teherán, el 4 de noviembre de 1979, y que finalizó tras catorce meses de cautiverio de sus ocupantes, tomados como rehenes.Sobre los muros de la embajada, los manifestantes pintaron consignas contra el Gobierno París. En un extremo de las tapias del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, una pancarta de la Asociación Islámica pedía a los "hermanos y hermanas hezbollahi conservar la calma revolucionaria". Algunos oradores aseguraron que si Banisadr no era reenviado a Irán, "haremos con el Gobierno (de París) lo mismo que hicimos con Carter", e insistieron en que Francia alberga ahora a los principales enemigos de la revolución islámica.

Por otra parte, y según ínformó la agencia France Presse, el Ministerio iraní de Asuntos Exteriores presentó ayer al embajador francés en Teherán una demanda oficial de extradición contra Massud Radjavi, dirigente de los Mujaidin e Jalq, organización de izquierda islámica, que llegó a París con el ex presidente Banisadr.

Jaljali acusa

Por su parte, Sadeq Jaljali, que fue jefe de los tribunales islámicos iraníes y que se destacó por su rigor en la represión del tráfico y consumo de drogas, pidió ayer explicaciones al futuro presidente iraní, Alí Rayal sobre la utilidad de mantener en Teherán una Embajada de Francia. "Si las autoridades no toman una decisión respecto a la embajada, será el pueblo quien la tome por su cuenta", dijo.Jaljali, quien curiosamente se mostró partidario el pasado mes de noviembre de liberar a los rehenes norteamericanos tras un año de cautiverio, criticó muy duramente al futuro presidente, Alí Rayai, al que acusó de "conducta negligente" por no haber impedido la evasión de Abolhassan Banisadr. "Cuando se le pregunta a Rayai por este tema dice que él es presidente, y no primer ministro, y nadie es capaz de explicar cómo Banisadr pudo abandonar Irán desde el primer aeropuerto militar de la Fuerza Aérea iraní", dijo Jaljali.

Para el ayatollah, diputado por Qom en el Parlamento de Teherán, Rayai no controla la Fuerza Aérea, "en cuyo seno debe realizarse una nueva depuración".

En cuanto al ex presidente asilado en Francia, ayer se conocieron sus manifestaciones telefónicas al diario británico The Times, en las cuales culpaba al imán Jomeini de tener una elevada cuota de responsabilidad "en la desastrosa situación que actualmente vive Irán". Banisadr aseguró que, de acuerdo con la información que posee, en las recientes elecciones únicamente han votado tres millones de iraníes, de los catorce millones y medio que según las autoridades participaron en los comicios. "El resto", dijo Banisadr, "fue inventado por el régimen".

Por otra parte, las autoridades islámicas de Teherán informaron ayer de la ejecución de nueve personas en Tabriz, en la región del Asarbayán oriental, al noreste del país, a quienes se acusaba de hacer espionaje a favor de Israel.