Se detrae agua del campo para abastecer Sevilla
La imprevisión y la irresponsabilidad de la Empresa Municipal de Abastecimiento de Aguas (Emasesa) son, junto a la sequía, las causantes fundamentales de la situación actual de falta de agua en Sevilla, según denunció ayer el presidente de la Comunidad de Regantes de El Viar, Ignacio Vázquez Parladé. Se trata de una asociación de 1.600 agricultores, de cuyo pantano de El Pintado pretende Emasesa recibir dos millones de metros cúbicos de agua para asegurar el suministro de la ciudad.
Los campesinos, reunidos en asamblea, decidieron acceder a que esa cantidad de líquido se facilite al Ayuntamiento de Sevilla a condición que previamente se negocie un convenio entre ambas partes en el que se acuerden determinadas indemnizaciones por los perjuicios que el trasvase les va a ocasionar en sus cultivos.
Sevilla capital y otras veintinueve poblaciones de su área de influencia -que reúnen más de la mitad de la población total de la provincia- sufren la interrupción del suministro ordinario durante trece horas cada día. Desde el 1 de febrero pasado, el agua fue cortada entre las nueve de la noche y las seis de la mañana. Posteriormente, el plazo empezó a contar desde las siete de la tarde, y a partir del 1 de junio los grifos dejaron de funcionar a las tres de la tarde.
Trece horas de restricciones
Por tanto, los sevillanos disponen de agua solamente desde las seis de la mañana a las cinco de la tarde de cada día, sin que se descarten nuevas restricciones si la situación continúa deteriorándose. Al tiempo que se adoptaban estas medidas restrictivas, el Ayuntamiento emprendió una serie de obras destinadas a garantizar el suministro, y advirtió de la apertura de expedientes sancionadores a los vecinos que almacenasen agua en los depósitos, bañeras y otros recipientes o diesen al líquido un uso no estrictamente imprescindible.Vázquez Parladé indicó a este periódico que Emasesa había invertido en los últimos meses 450 millones de pesetas y que con ese dinero se podía haber indemnizado en enero -si se hubiese propuesto formalmente- a los regantes de El Viar, de modo que Sevilla hubiera dispuesto de los cincuenta millones de metros cúbicos que en aquel momento tenían almacenados para sus regadíos, «de forma que la ciudad habría disfrutado de agua abundante y barata, y ahora no estaríamos en esta situación». Según las mismas fuentes, la responsabilidad de la Empresa Municipal de Abastecimiento tiene aún otras dimensiones, ya que ha dejado pasar muchos meses sin tomar medidas de ningún tipo contra esta situación, que era previsible tras la larga sequía sufrida por el país.
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