Calvo Sotelo y Garaikoetxea no llegaron a ningún acuerdo en la reunión de ayer

El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, se reunió ayer durante dos horas con el presidente de la comunidad autónoma vasca, Carlos Garaikoetxea, en el palacio de la Moncloa, como continuación de las entrevistas mantenidas con anterioridad, que finalizaron con extraordinaria frialdad. Al término de la entrevista de ayer, Garaikoetxea manifestó que continúa registrándose un avance en las relaciones entre el Gobierno y la comunidad autónoma vasca, aunque no ha habido acuerdos concretos sobre los pactos de la cumbre autonómica, ni en torno a la ley orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA).Garaikoetxea señaló: «Hemos hablado de problemas de Estado. También del tema económico, tanto a nivel del Estado como de Euskadi, y de la ordenación autonómica del Estado. En este tema hemos expresado a Calvo Sotelo nuestra grave preocupación y honda discrepancia con proyectos como la llamada LOAPA y respecto al segundo informe De Enterría, así como sobre la ley de Autonomía Universitaria».

Más adelante dijo: «Hemos constatado avances que se han producido desde que nos reunimos el mes pasado. Ha habido transferencias importantes, como en el tema de la vivienda, y también hemos recapitulado en otros temas que también nos propusimos resolver este mes, como el tema del empleo y el de televisión, donde no hemos conseguido resultados favorables en este período de tiempo».

Respecto a la supuesta invitación realizada al Gobierno vasco para participar en la cumbre autonómica, Garaikoetxea indicó: «La invitación para nosotros ha sido muy peculiar. Ya lo he dicho en alguna ocasión, que el que se invoque la conveniencia de que nosotros nos preocupemos de los problemas de Estado es una capciosidad poco grata para nosotros, mientras la ordenación del proceso autonómico la resuelven los partidos de ámbito estatal y el Gobierno».

Sobre los posibles acuerdos de la cumbre autonómica, Garaikoetxea manifestó: «Decir que los acuerdos no van a modificar los estatutos es no decir nada. Sólo faltaría que los modificase cuando detrás de los estatutos hay referendos, una Constitución, etcétera. Eso no es decir nada. Lo importante es qué aspectos flexibles que tienen los estatutos se escamotean a la negociación política y se resuelven bajo la coartada de un dictamen técnico. Eso es lo serio del asunto. Hemos quedado, en cuanto a la LOAPA, que seguiremos intercambiando puntos de vista y expondremos nuestras observaciones con toda claridad».

Por su parte, el delegado general del Gobierno en el País Vasco, Marcelino Oreja, manifestó al término de la reunión: «Han quedado resueltos varios temas relativos a las transferencias, como el de la vivienda, entre otros. Hay otros temas que no se han resuelto, como es el que afecta a la regulación del empleo. Existe una voluntad clara por ambas partes de ir avanzando en el proceso autonómico».