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Fuegos artificiales del XVIII para "la boda del siglo XX"

Andrés Ortega

En la víspera de su boda, y como para celebrar su despedida de soltero, pues lady Diana no estará presente, el príncipe Carlos asistirá, junto a su madre, la reina Isabel II de Inglaterra, a unos gigantescos fuegos artiriciales en Hyde Park, en el corazón de Londres, que se espera superen en esplendor a los que en 1749 se emplearon en la capital británica para celebrar la paz de Aquisgrán; ahora veremos 12.000 fuegos -dos toneladas y media de pólvora- que durarán veinticinco minutos.

Esta es una tradición antigua, de la que aún se recuerdan los fuegos que se montaron en 1559 en honor de Isabel I de Inglaterra. En 1749, los fuegos artificiales coincidieron en Green Park con el estreno de La música para los reales fuegos artificiales, de Haendel, obra que el 28 de julio tocarán unos quinientos músicos -de la guardia y caballería real, del Orfeón de Morriston y del coro de los guardias galeses-. Ese día, entre otros temas musicales, interpretarán, en una versión especial, el Dios salve al príncipe de Gales.Al compás de la música se irán encendiendo los fuegos, coronados, como en 1749, con la quema de un palacio artificial de 91 metros de largo por 12 de alto. Esperemos que, en contra de lo ocurrido cuando se conmemoraba la paz de Aquisgrán, la estructura del palacio no se queme antes de tiempo. Todo este diseño, que ha supuesto muchas horas de investigación para ilustrar algunos aspectos de la vida del príncipe Carlos, es obra del comandante Michael Parker. Parker sirvió durante diez años en los húsares de la reina, y en los últimos ocho años ha sido el encargado de organizar esa famosa exhibición militar que es el Royal Tournament.

Enorme rueda de fuego

Pero el verdadero héroe del día será David Cox, de treinta años de edad, que encenderá la rueda giratoria más grande del mundo, veinte metros de diámetro, montada en una grúa a 52 metros del suelo. Cox, colgado casi en el aire, tendrá que prenderla por cuatro lugares distintos y hacerla girar con la mano.Cuando el príncipe de Gales encienda el primer fuego, ante el medio millón de espectadores que se apiñarán en Hyde Park, se encenderán también 101 almenares por todo el país, almenares que llevarán la noticia -si es que hay que recordarla- de la inminente boda del heredero de la corona británica hasta los lugares más recónditos de la isla. Muchos de estos fuegos, gustan recordar los británicos, estarán en los mismos lugares en que en el siglo XVI quemaban las balizas que avisaban de la llegada de la Spanish Armada, es decir, La Invencible.

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