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La policía controló en todo momento la situación

Un millar de policías nacionales, así como dotaciones de la Guardia Civil de Tráfico y de las policías municipales de Aranjuez y Madrid, se ocuparon ayer de que el orden fuera conservado en todo momento y de que se cumplieran las instrucciones de la autoridad gubernativa respecto al desarrollo del acto del Dieciocho de Julio. La actuación policial, combinada con las propias consignas de Fuerza Nueva a que el acto se desarrollara pacíficamente y con la tranquilidad observada por los habitantes de Aranjuez, dio por resultado la ausencia de incidentes graves en la jornada de ayer.Bajo la responsabilidad del gobernador civil de Madrid, Mariano Nicolás, se organizó el tráfico, de modo que los asistentes al acto llegaran directamente a la plaza de toros desde la carretera N-IV, hecho este que impidió un libre movimiento de ultraderechistas por la ciudad, que, sin embargo, no pudo ser impedido en determinados casos. La concentración de Fuerza Nueva, no obstante, se desarrolló sin graves incidentes en lo referente al exterior de la plaza de toros, ya que existía un importante control policial. En total acudieron a Aranjuez más de 2.000 turismos y varios autocares con asistentes al acto.

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Conatos de manifestación

Un oficial de la Policía Nacional impidió enérgicamente, sobre las 16.30 horas, que se organizara una manifestación con banderas españolas y gritos por las calles del pueblo, obligando a arriar aquéllas y dirigiendo a los manifestantes hacia la plaza de toros. Las fuerzas del orden advirtieron repetidamente que no estaban permitidos cánticos ni gritos a las numerosas personas que a la hora del coñá trataban de rememorar en las terrazas de los bares todo el repertorio de la guerra y la posguerra, incluidas las nuevas aportaciones motivadas por el 23-F, en las que se pone en solfa al Gobierno y al Congreso.Conforme se acercaba la hora del acto se fueron vaciando las calles, que durante la mañana habían estado llenas de ciudadanos expectantes. Algunos habitantes del pueblo se concentraron en la plaza del Ayuntamiento, custodiada por la Policía Municipal y algunos números de la Policía Nacional, y mantuvieron altercados verbales con personas uniformadas de azul que se dirigían hacia el mitin. Grupos de personas trataron repetidamente de dirigirse hacia el Ayuntamiento, pero en todos los casos fueron rechazados por las fuerzas de seguridad en las vallas de protección de la plaza del Ayuntamiento.

La salida del acto, perfectamente canalizada por la Policía Municipal y la Guardia Civil, dirigió la caravana de automóviles desde los aparcamientos de la plaza de toros hasta la carretera N-IV, mientras los que vinieron en tren eran conducidos a la estación. Pequeños grupos de transeúntes circularon por el casco urbano del pueblo, portando en algunos casos banderas nacionales, pero sin alterar el orden. Poco antes de medianoche, la calma era total en Aranjuez y se habían retirado las fuerzas de seguridad.

Buena parte del público asistente superaba los 45 años de edad o se encontraba en torno a la veintena. Asistieron distintos representantes de otros países, como Giorgio Almirante, líder del Movimiento Social Italiano (MSI).

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