Se considera inminente un ataque masivo del Ejercito israelí contra las posiciones palestinas del sur del Líbano
Israel se dispone a replicar con "drásticas medidas" al bombardeo palestino del miércoles sobre el norte del país (Galilea) que causó la muerte de tres personas e hirió a otras veinticinco. El Ejército israelí podría desencadenar una ofensiva de gran envergadura contra las posiciones palestinas en el sur del Líbano, según opinan la mayoría de los observadores extranjeros radicados en Tel Aviv.
El viceministro de Defensa, Mardoqueo Tzipori, que sustituye frecuentemente al primer ministro, Menájem. Beguin, cuando se trata de comentar la situación militar, declaró ayer: "Hemos recibido un golpe muy duro, al que hay que contestar de forma aún más drástica".Un adelanto de lo que pueden ser los próximos días en el sur de Líbano lo constituye el ataque aéreo que a primera hora de la tarde de ayer realizó la aviación israelí sobre las posiciones palestinas, ataque que provocó la muerte a catorce personas y heridas a otras cuarenta.
Los aviones israelíes, según informó un portavoz oficial en Jerusalén, bombardearon un puesto del comando regional del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, situado en Damur, veinte kilómetros al sur de Beirut; una base del Frente de Liberación Arabe, al sur de Saida, principal ciudad del sur de Libano, y una base de entrenamiento al sur de Tiro.
En la operación fueron destruidos cinco puentes, tres sobre el río Zaharani y dos sobre el Litani, que servían, según el portavoz oficial, de importante paso para el material bélico que reciben los fedafin, entre el que se encuentran los cohetes katiuskas empleados el miércoles.
La Prensa hebrea, por su parte, pide al Gobierno una actuación enérgica "y no meras represalias". El rotativo Maariv, el de mayor difusión en Israel, exige en su editorial "rechazar, desalojar a los terroristas de aquellos lugares donde disparan sobre las localidades norteñas de Israel".
En claro, los diarios hebreos desean abiertamente que las autoridades israelíes desencadenen una amplia operación de conquista del sur del Líbano cuyo objetivo consistiría en destruir las bases de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) al sur del río Litani, lo que dejaría toda la región bajo el control de las milicias cristianas del comandante Haddad o, incluso, bajo la ocupación del Ejército de Israel.
En el bombardeo palestino del miércoles, réplica a los ataque israelíes de principios de semana, fueron utilizados 300 cohetes katiuskas y 400 proyectiles. Inme diatamente después de este ataque la artillería israelí de largo alcance y la de las milicias cristianas respondieron disparando 600 proyectiles. Ayer, los bombardeos israelíes habían causado la muerte de diecisiete personas y herido a setenta y dos.
Más factores de tensión
Pero el ambiente prebélico que reina en la frontera no se debe tanto al recrudecimiento de los bombardeos como a otras dos causas. Primero, los militares israelíes se declaran decididos a impedir el rearme masivo de los palestinos mediante las entregas de armas recibidas de la URSS Libia y Siria. Este fue el motivo oficial que decidió, el 10 de julio, a la aviación israelí a romper la tregua de seis semanas durante las cuales se abstuvo de bombardear el sur del Líbano.
En segundo lugar, la opinión pública israelí no ha olvidado -la oposición laborista se lo recuerda sistemáticamente- la promesa electoral formulada por Beguin: "Dentro de poco ya no caerán katiuskas sobre Kyriat Shmona" (localidad de 15.000 habitantes situada en el norte de Galilea y principal objetivo de los ataques palestinos). Para Beguin resulta ahora tentador cumplir esa promesa electoral.
Sólo Estados Unidos, opinan Jos observadores, tiene la capacidad de influenciar ahora la política israelí en Líbano. La Administración norteamericana está involucrada en una delicada negociación diplomática tendente a desactivar la crisis de los misiles, provocada por la instalación en Líbano de cohetes antiaéreos sirios para hacer frente a los ataques de la aviación judía. El emisario del presidente Reagan efectúa ahora su tercera gira por la zona, y Washington no desea que su misión fracase. Reagan, que pensaba anunciar hoy la suspensión del embargo de cuatro aviones F-16 a Israel, podría reconsiderar su decisión.
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