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Moscú sigue con "resignado optimismo" el congreso de Varsovia

La Prensa soviética informaba ayer ampliamente del inicio en Varsovia del 9º Congreso Extraordinario del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista). Pravda, órgano del Comité Central del PCUS, publicaba íntegramente el discurso pronunciado por el delegado soviético en el congreso, el miembro del Politburó Viktor Grischin, así como las palabras de apertura leídas por el líder comunista polaco, Stanislaw Kania.El tono empleado por los diarios de Moscú es calificado por buena parte de los observadores como de "resignado optimismo". En la primera página de Pravda, un breve comentario afirmaba que el congreso polaco deberá responder a los "agudos problemas" económicos y sociales de Polonia, "defender el presente y el futuro socialista" de ese país y movilizar al POUP en la lucha contra Ios enemigos internos y externos" y Ios contrarrevolucionarios".

Según se interpreta aquí, el discurso de Grischin es una muestra de la nueva estrategia escogida por los soviéticos con respecto a la crisis de Polonia. El lenguaje utilizado por el miembro del Politburó soviético nada tiene que ver con el de la carta-advertencia que el Kremlin envió a los dirigentes polacos el pasado 5 de junio.

El tono airado, impaciente e incluso amenazante de aquella carta-advertencia no se puede reconocer ahora en el discurso de Grischin, que sólo contiene, alguna velada reprimenda.

La moderación mostrada últimamente por el Kremlin ante la crisis polaca obedece, según se interpreta en Moscú, a dos factores. Por un lado, Kania ha estrenado recientemente cierta flexibilidad a la hora de buscar un equilibrio entre duros y renovadores, evitando la definitiva marginación de los primeros. Por otro, Moscú ha debido calcular los costes de una intervención en Polonia, y esto le ha llevado a adoptar una actitud resignada.

Son bastantes los observadores que piensan que el Kremlin puede tratar aún de capitalizar de alguna manera la crisis polaca. En este sentido se interpretaba el comunicado conjunto soviético-polaco firmado por Gromiko en Varsovia a principios de este mes. En aquella ocasión, el Gobierno de Polonia mostraba su alineamiento con todas las tesis de la política exterior soviética. De este modo, se sugiere que al menos Varsovia, que goza en Occidente de más simpatías que Moscú, podría servir como portavoz de la política de distensión propuesta por el Kremlin.

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