Coderch reafirma su voluntad de dimitir como gobernador civil de Barcelona
José Coderch se reafirmó ayer en su voluntad de dimitir como gobernador civil de Barcelona, según había ya manifestado el día anterior por teléfono al ministro del Interior. Esta dimisión se sitúa en el marco de los enfrentamientos dentro del aparato del Estado entre los antiguos colaboradores de Adolfo Suárez y los hoy incondicionales del actual presidente del Gobierno. Asimismo, revela el estancamiento político de los centristas en Cataluña, cuyo principal dirigente, Antón Cañellas, puede llegar ya a competir, en cuanto a grado de rechazo interno en su propio partido, con el que en el suyo posee el socialista Joan Reventós.
Coderch fue entre el 10 de octubre de 1977 y el 7 de noviembre de 1980 secretario general y jefe de protocolo del Gabinete de Adolfo Suárez. Fue, pues, un destacado fontanero de la Moncloa. El 25 de octubre de 1979 fue elegido presidente provincial de la organización de Gerona de UCD. Ocupaba el Gobierno Civil de Barcelona desde noviembre de 1980, sin que ello le hubiese hecho renunciar a su cargo partidista en Gerona.El nombramiento de Coderch, como el anterior de Meliá como delegado del Gobierno en Cataluña, fueron un intento fallido de Suárez de potenciar su partido en Cataluña. Hoy el centrismo catalán se encuentra, organizativamente y en cuanto a imagen pública y posibilidades electorales, peor que entonces. Contrariamente a lo que había sido el criterio de su predecesor, José María Belloch, el hoy gobernador dimisionario inició una cierta competencia, o casi enfrentamiento, con la Generalidad. Pero todo quedó en balbuceos, tanto en el plano de UCD como en el administrativo.
Cuando Coderch fue nombrado gobernador, Antón Cañellas manifestó que el centrismo en Cataluña «crecerá progresivamente». El propio Coderch en una cena con periodistas, poco después de su nombramiento, reconoció con sorprendente sinceridad su deseo de ocuparse seriamente de la implantación de UCD, en su condición de dirigente gerundense.
Al crecer el rechazo contra Cañellas, Cordech fue aproximándose a Eduardo Punset. Pero tanto este último como Manuel Jiménez de Parga -ambos con superior imagen pública- no han podido aún desmontar el reducido aparato que apoya a Cañellas. En este sentido posee interés la actitud que pueda adoptar Coderch -como dirigente gerundense- con relación a la sorda crisis interna del centrismo catalán.
Fuentes próximas a Coderch indicaron anoche a este diario que éste veía con preocupación el actual frenazo autonómico y que «desde luego, su comprensión por la autonomía catalana va mucho más lejos que la que pueda tener Martín Villa». Las fuentes apuntaron que el sustituto de Coderch sería un incondicional del Ministro de Administración Territorial, «quien desea contar ya desde ahora con quien prepare las elecciones».
Las fuentes indicaron que el detonante inmediato de la dimisión de Coderch fue la oposición del ministro del Interior a que anteayer tuviese efecto una conferencia de Prensa sobre la detención de la presunta raptora y homicida de la niña Ana María Puerto. Desde el Ministerio del Interior se reprochaba a Coderch el cuidar mucho su imagen. En efecto, Coderch procuraba organizar conferencias de Prensa con una cierta periodicidad -en especial sobre temas de orden público-, pero en cambio respetaba totalmente los criterios ajenos, sin que se le conozcan maniobras tendentes a buscar un trato de preferencia.
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