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Cien montañeros españoles rinden homenaje a Cela en el 25º aniversario de "Judios, moros y cristianos"

Harán el mismo viaje que sirvió de base para la obra

Cien montañeros de toda España rendirán los próximos 24, 25 y 26 de julio un homenaje práctico al novelista Camilo José Cela, porque, más o menos por aquellas fechas, se conmemora el 25º aniversario de la publicación de una de sus gestas literarias más conocidas: su descripción de la sierra de Gredos, por la que anduvo como un vagabundo, que a unos pareció estrafalario y a otros resultó genial. A él mismo la aventura le sirvió para entender mejor el país que pisaba. El libro en el que se narró ese viaje se tituló Judíos, moros y cristianos. No para escribir, sino para emular la larga excursión del vagabundo Cela, los montañeros harán completa su ruta por la sierra a la que Miguel de Unamuno llamó la espalda de Castilla.

Durante los días 24, 25 y 26 de este mes los montañeros abulenses de los grupos Almanzor, Gredos y Garganta Blanca van a rendir un homenaje a Camilo José Cela al cumplirse los veinticinco años de la publicación de su libro Judíos, moros y cristianos, parte del cual narra sus viajes por la sierra de Gredos, espalda de Castilla.Como ya adelantó este periódico (véase EL PAIS de 30 de abril), los actos darán comienzo el día 24 en Barco de Avila, localidad situada en la vertiente norte de la sierra de Gredos, con un homenaje a Cela que sirve de prólogo a la semana de cultura organizada por el Ayuntamiento. En él se proyectará una película realizada por Esteban Morán Torres, catedrático de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Navarra, en el que describe el viaje realizado por Cela y que al día siguiente comenzarán los montañeros. Se cerrará el acto con la intervención del autor de La familia de Pascual Duarte, a quien los montañeros han decidido nombrar vagabundo padre.

Esa misma noche tendrá lugar en Bohoyo, donde el vagabundo inició su andadura, una fiesta por todo lo alto en la que se le entregará un obsequio típico con una dedicatoria especial.

La salida de los caminantes se realizará el día 25, a las seis de la mañana, desde la puerta de la taberna del Paticuelo y serán despedidos por el alcalde y por el propio Cela con una salva de cohetes y música típica. A continuación cruzarán el puente de la garganta de Bohoyo, para continuar por el Robledal en dirección a la Preturilla y la fuente de La Secá, ascendiendo hasta los Lanchares, La Canal del Cura y La Hoya del Belesar.

A partir de aquí se impone un fuerte ascenso hasta la fuente de Los Serranos, donde el vagabundo, como se autodenomina Cela en su libro, se paró a reponer fuerzas y a contemplar la majestuosidad de Gredos. Los montañeros también harán un alto en este paraje y leerán algunos pasajes de la obra homenajeada. Después encaminarán sus pasos al Callejón de los Lobos, con lo que habrán subido 1.200 metros desde el punto de partida.

La ruta del primer día continúa por La Hoya de las Berzas, las Cinco Lagunas, La Portilla del Rey, que fue construida por encargo de Alfonso XIII en 1911, y por la trocha del mismo nombre.

El día finaliza en el circo de Gredos, donde pernoctarán en el refugio allí existente. Aunque no está confirmado, parece seguro que Cela se desplace hasta el refugio para pasar la noche con los vagabundos hijos.

Gran fiesta en Candeleda

«A las seis de la mañana siguiente se iniciará la caminata con dirección a Candeleda a través del circo de Gredos, el collado del Morezón, el refugio del Rey en Regajos Llanos, también mandado construir por Alfonso XIII, hasta desembocar en el puerto de Candeleda, donde nace el sendero que conduce al pueblo con el mismo nombre. Este tiene una pendiente de casi 2.000 metros», según ha informado a EL PAIS Aurelio Delgado Sánchez, delegado de la Federación de Montaña en Avila y alma del homenaje, además de ser un gran forofo de Cela.Antes de llegar a Candeleda, los caminantes se detendrán en la fuente de Vaciazurrones, donde el vagabundo se paró a descansar y « a zamparse los gozos de la merienda», como él mismo señala en su libro. También en este paraje habrá una lectura conmemorativa de los hechos narrados en el libro.

La llegada a Candeleda está prevista hacia las dos de la tarde, y allí los participantes en la travesía serán recibidos por Cela y alcaldes de la zona. Posteriormente tendrá lugar una comida homenaje y por la tarde los habitantes de esta bonita villa abulense mostrarán su agradecimiento a Cela con un festival folklórico.

Los montañeros entregarán a Cela la cornamenta de una cabra hispánica y un diploma, en el que señalan que «los montañeros per donan la caminata al vagabundo padre en consideración a sus muchas arrobas»; asimismo, cada persona que haya realizado la marcha recibirá un diploma redactado y firmado por Cela. En él se señala que «ha demostrado aptitud, vocación y sabiduría suficientes para patearse el llano, escalar la peña y vadear el río, poniéndole siempre buena cara al mal tiempo y sin perder la compostura ni volver la faz ante el peligro». Se espera que asistan a la travesía un total de cien montañeros, y todos los actos han sido organizados por los gru pos de montaña Almanzor, de Avila; Gredos, de Arenas de San Pedro, y Garganta Blanca, de Candeleda.

Cela: "Me sobran cuarenta kilos y otros tantos años"

El libro de viajes Judíos, moros y cristianos vio la luz por primera vez hace ahora veinticinco años, «aunque el viaje a pie lo hice hace 35», ha señalado a EL PAIS Camilo José Cela, a quien le parece muy bonito el nombramiento de vagabundo padre que le han otorgado los montañeros.En esta obra, Cela narra sus andaduras por tierras de Segovia, Soria, Valladolid y Avila. Comienza sus peripecias en el puerto de Navacerrada y las termina en Cebreros, localidad abulense en la que residió durante algunos años.

«No voy a realizar la travesía de Gredos, espalda de Castilla, como la definió Unamuno, porque me sobran cuarenta kilos y otros tantos años. Quizá sobrevuele la zona si se cuenta con la participación de los helicópteros del SAR», dijo a este periódico el vagabundo padre, quien añadió que todos los recuerdos que tiene del viaje son buenos. De acuerdo con sus palabras, todo lo que sucedió ha quedado plasmado en su libro.

El escritor afincado en Mallorca se muestra partidario de guardar y conservar la vieja toponimia, y por las páginas de sus libros de viajes desfilan los parajes por los que vagabundea con los nombres, muchos de ellos olvidados, por los que los denominan los habitantes del lugar. Finalmente, Cela deseó a sus hijos «salud, buena suerte y que prevalezcan en su afición al monte».

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