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Gente

Vázquez Montalbán usa la herencia culinaria de la Sección Femenina

Vázquez Montalbán ofreció anoche un menú autárquico y franquista a los comensales que, después de escuchar su conferencia en el curso Historia y cocina, desarrollado esta semana en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, de Santander, acudieron, como cada noche, al restaurante El Molino, de Puente Arce, donde Víctor Merino desarrolla las recetas de cada conferenciante.De Xavier Domingo, director del curso, hubo recetas firmadas por ilustres cocineros del siglo XVII, del que algunos no olvidarán su jalea de rodaballo.

Néstor Luján, que había definido al XVIII como "el siglo del chocolatC, además de un postre con espuma de este producto y una buena bebida creada por Juan de la Mata, de nombre hiporras blanco, incluyó un "ajo de bacalao guisado al común modo que emplean las casas de jesuitas", y que fue la sorpresa de la noche.

El imperio de la cocina francesa fue servido bajo la batuta del crítico gastronómico Alain Kilipikis, quien ofreció caballas a la Sainte Menehould al champaña y un ensalada de pollo de Alejandro Dumas dignas de recordar.

Martínez Llopis, con la cocina de finales del siglo pasado y príincipios del actual, entregó recetas de almejas lame, lame, o un magnífico morro de buey rabioso de la condesa de Pardo Bazán.

Pero nadie menos académico, más autárquico, que Manuel Vázquez Montalbán, paseante solitario por el palacio de la Magdalena, como un inspector Carballo en busca de platos perdidos. Los que entregó para su preparacíón no fueron mancos de intención, además de antúmperialistas, es decir, entre la cocina francesa de elevados paladares, la norteamericana del snack y la comida de nuestras clases populares.

Así, la entrada en materia fue un Eisenhower`s, de José Sarrau, compuesto con carne picada y de ternera y magro de cerdo, a la que se añadió miga de pan remojada en leche, cebolla picada, etcétera. Después vinieron los huevos de España, también de José Sarrau; a continuación, las verduras a la catalana" firmadas por Cocina Regional, Delegación de la Sección Femenina, con patatas y todas las demás verduras del tiempo hervidas, regadas con aceite puro de oliva, nada de coiza.

Más tarde, un cochinillo asado, firmado por, Cándido, y de postre, como su propio nombre indica, flan chino El Mandarín.

Aparte otros comentarios de menor cuantía, todos ellos de aplauso para cada cocina, merece la pena destacar el de Xavier Domingo sobre el gran libro de recetas de la Sección Femenina, del que procede la verdura a la catalana. "Lo único que quedará del franquismo", dijo el director de las jornadas.

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