Francia seguirá vendiendo armas y desarrollará su fuerza nuclear

La suspensión de la venta de armas "sería una locura"; la fuerza de disuasión nuclear será desarrollada; Francia contará con fuerzas de intervención en el exterior; hay que llegar a un Ejército preparado desde la escuela primaria. En estos términos resumió ayer el ministro de la Defensa, Charles Hernu, su concepto de la defensa en la República del presidente François Mitterrand.

El continuismo de la doctrina establecida por el general Charles de Gaulle contribuye a garantizar el inmovilismo del Ejército ante la llegada de los socialistas al poder.El pasado día 4 de junio, con motivo de la apertura del Salón Aeronáutico de Le Bourget, el presidente Mitterrand, que debía inaugurarlo, dio las órdenes oportunas para que todos los aviones y artefactos de combate le fuesen presentados sin armas.

Los comentarios, las ironías y un cierto pánico entre los industriales del ramo se dispararon. El nuevo presidente había agitado por primera vez el símbolo mayor de su política general: la moral, noción rara vez compatible con el dinero.

Pero, en pocas semanas, el maximalismo mitterrandista, manifestado a la hora de nacionalizar bancos y empresas, se convierte en moderación al abordar el futuro de la industria bélica francesa. El ministro de la Defensa, Hernu, reafirmó ayer que el Gobierno socialista cumplirá todos los contratos pendientes y que en lo sucesivo no vender armas "sería una locura", aunque 'no es posible darle armas a Africa del Sur o artefactos de combate callejero a Chile".

Francia es el tercer exportador mundial de armas, después de Estados Unidos y de la URSS. Esta industria emplea a 300.000 personas, representa el 10% del mercado mundial, está introducida en 61 países, y de éstos, 33 pertenecen al Tercer Mundo, que son los mejores consumidores, a pesar de la indigente situación económica que sufren muchos de ellos.

Al esbozar el proyecto socialista de la defensa francesa, Hernu reafirmó la fidelidad a la doctrina gaullista: independencia, disuasión atómica, desarrollo constante de esa fuerza nuclear, dos submarinos atómicos de aquí al año 2000, que se sumarán a los seis ya operacionales; estudios progresivos sobre la denominada bomba de neutrones y, naturalmente, mantenimiento de Francia al margen de la OTAN, el brazo armado de la Alianza Atlántica.

Francia seguirá contando con fuerzas de intervención en el exterior. "Son necesarias, porque la amenaza no existe sólo en Europa. En Africa hay amenazas permanentes. Francia no tiene por qué mezclarse en los asuntos internos de otros Estados, pero tiene que asegurar la protección de sus cooperantes".

La reforma del Ejército, no supone ninguna ruptura por ahora. Hernu es partidario de la noción de "servicio nacional" y no militar; es decir, que el Ejército se vería ocupado en las diversas tareas de interés general. Pero la reforma sería lenta, como lo revela la doctrina del ministro: "No hay reforma sin una preparación cívica y física, en la escuela, en el liceo y en la universidad".

En dos meses de poder socialista, el Ejército ha dado todas las pruebas de lealtad al poder político