La boda del príncipe Carlos con ladi Diana, una pesadilla para la policía de Londres

"Sería una victoria para el terrorismo si blindásemos las carrozas reales", ha señalado un portavoz de Scotland Yard, añadiendo que "la reina no lo aceptaría". La cuestión de la seguridad en la boda del príncipe Carlos de Inglaterra con ladi Diana Spencer se está convirtiendo en una pesadilla para la policía de Londres, que está montando la mayor operación de su historia.

No se trata sólo de que los provisionales del Ejército Republicano Irlandés (IRA) pudieran llevar a cabo un atentado espectacular, o que algún perturbado mental intentara alguna acción desesperada. Por las escalinatas de la catedral de San Pablo subirán Nancy Reagan (la esposa del presidente de Estados Unidos), François Mitterrand, Pierre Trudeau (el primer ministro canadiense) y numerosos jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo, muchos de los cuáles tienen sus propios enemigos. La pesadilla no es, pues, tan onírica.Hay unos tres kilómetros desde al palacio de Buckingham hasta la catedral de San Pablo, e Isabel II de Inglaterra, su esposo, el novio y otros miembros de la familia real británica los recorrerán, lentamente, en carrozas descubiertas tiradas por caballos. De no impedirlo las inclemencias del tiempo de la capital británica, sólo la novia, ladi Diana Spencer, irá en una carroza cerrada, pero con grandes cristaleras.

La policía militar real, que será la escolta montada de ladi Diana, está entrenando sus caballos para cualquier eventualidad. En Aldeshot se ha podido ver cómo estos animales pasaban con sus jinetes delante de niños gritando, mientras un policía, por detrás, disparaba cartuchos de salva para habituar a los caballos a estos ruidos.

La policía ha inspeccionado ya Ios edificios que jalonan la ruta del cortejo, pidiendo listas de los, miles de personas que desde los balcones presenciarán el espectáculo. El 29 de julio todas estas personas serán cacheadas, al tiempo que se revisarán las alcantarillas adyacentes en busca de explosivos. Por otra parte, tiradores de la policía se apostarán en los tejados.

Más de 3.000 policías y 2.000 soldados, dándole la espalda al cortejo, estarán formados a lo largo de la ruta real para vigilar al numeroso público que se apiñará a menos de tres metros de las carrozas.