El constructor del "avión solar", partidario de las energías alternativas
«El éxito de la travesía del canal de la Mancha por el avión Solar Challenger, cuyo motor era movido exclusivamente mediante la energía obtenida por las pilas fotovoltaicas de sus alas supone, sobre todo, un aldabonazo a la conciencia mundial para que vuelva sus ojos hacia la energía solar y demás energías alternativas».Estas declaraciones del doctor Paul McCready, constructor del avión que viajó el pasado martes entre Francia e Inglaterra movido exclusivamente por energía solar, ponían fin a una aventura que ya había sido pospuesta en varias ocasiones durante los dos últimos meses a causa del tiempo desfavorable.
McCready, que ya había diseñado el avión que cruzó el canal desde el Reino Unido a Francia mediante la energía proporcionada por el pedaleo del piloto en 1977, concibió el Solar Challenger sólo can finalidades propagandísticas, «para que el mundo piense más en la energía solar. Hemos llegado a un punto», declaró, «en que los Gobiernos pueden declararse la guerra por un problema de suministro de petróleo; esta aberración debe acabar cuanto antes, y la energía solar es una buena forma de hacerlo ».
El Solar Challenger realizó el viaje entre Cormeilles-en-Vexin, muy cerca de París, y Manston, en el condado británico de Kent, en un tiempo total de cinco horas y veinticinco minutos, a una velocidad de crucero de sesenta kilómetros por hora y una altitud de 4.000 metros. El peso del avión, incluido el piloto, el californiano Stephen Ptacek, de veintiocho años, es ligeramente inferior a los noventa kilos, y sus alas tienen catorce metros de envergadura. El motor, movido por la electricidad generada en 16.000 pilas fotovoltaicas, tiene una potencia de sólo tres kilovatios, con una hélice de 3,6 metros de diámetro.
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