Salir el lunes
Los periódicos españoles, los periódicos madrileños -empezando por éste-, quieren salir el lunes, salir los lunes, y la conquista periodística del lunes -día lunarme parece a mí tan importante como la conquista de la Luna, o más.Porque es tener la Luna en las manos, coger la Luna con lamano, o sea, la libertad. Durante los cuarenta/cuarenta, por no remontarnos a los adustos reyes godos, la autarquía, informativa de toda la semana era especialmente crudiza el lunes. Los demás días teníamos Prensa dirigida, Prensa controlada, Prensa censurada, Prensa telefoneada, pero el lunes, sencillamente, no teníamos Prensa. Sólo una hoja informativa estatal -so capa de gremial-, en la que escribían los de la adhesión al Movimiento y algunos repatriados del Semíramis y la División Azul que habían aprendido a tirar de pluma (la guerra, como la enfermedad, da muchos escritores, por el juego entre la muerte y el ocio, mayormente). Hay una comedia de Arthur Miller que para mí es la más bella de las suyas -realismo poético-, titulada Recuerdo de dos lunes. Recoge, más o menos, el vacío y la desgana laboral del lunes, tras la fiebre del sábado noche y la soñarra del domingo. Al lunes, por ser un día como convaleciente, hay que meterle marcha con mucha información, y no sólo la información del furbo. Descolocado lo sindical por todas las dictaduras, reaparece lo gremial, porque un fenómeno poco estudjado -me parece a mí- de los modernos fascismos es la recurrencia a lo gremial como antecedente puro y sustitutivo del sindicalismo clasista y espúreo.
Pero las Hojas del Lunes autárquicas no eran gremialistas, sino crudamente estatalistas. El lunes, almena primera y alta de la semana informativa, había que ganarlo para la libertad de expregión, y parece que ya. Lo otro era como si sólo nos dejasen ser demócratas de cinco a siete. Hay que salir los lunes.
Frente al gremialismo medievalista, el sindicalismo laboralista. Ahora que el capital se retrae, se acobarda, se escapa y no invierte, sólo el capital periodísnico va a invertir en libertad creando nuevos puestos de trabajo para los memoriones de lo internacional, para el currante de talleres, para el motorista e incluso para el quiosquero. La empresa libre periodística española, aparte de la conquista democrática del lunes, va a dejar ejemplo al resto del empresariado invirtiendo en libertad, en papel, en información, en imaginación, en tinta y energía. He lamentado el no haber podido cubrir la invitación de don Juan Carlos para el homenaje y la fiesta de los artistas, Chillida, Tápies, Fernán-Gómez, etcétera, pero creo que, después del 23-F, este Rey tiene, no diré más derecho, pero sí un derecho más horizontal que vertical, a dar su mano rota a estos hombres -Tápies, Chillida-, que han hecho de su obra metáfora en libertad de su pueblo libre y respectivo. Como el Rey le ha dado la mano (lo dibujó Mingote) -a don Ramón del Valle-Inclán, Un español que se peleó por la libertad hasta la desesperación, el hambre y las clínicas de urgencia. Llegados a esta altura democrática, constitucional, real, monárquica, nacional, conquistada esta anchura, pese a todo, no podía prevalecer la estrechez del lunes. El lunes era todavía el día autárquico en plena transición. Me llama Rafael Ansón porque quiere que Alvaro Delgado le haga un retrato a su bella esposa, Inmaculada. Y esto es también, para mí, un signo de cómo va cambiando no sólo la ética, sino hasta la estética de la derecha española.
La guerra civil fría por la libertad sólo podemos ganaría como han ganado siempre estas cosas los españoles: mediante la guerra de guerrillas, bien sea una Fundación Democrática o la conquista informativa del lunes. Salir los lunes es, para los periodistas, llegar a la Luna.
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