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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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El libertinaje

Cuando empieza el eterno retomo, es que no para. He escrito aquí sobre la vuelta de Ricardo de la Cierva, de Ynestrillas, de Girón, y ahora, por la otra punta de la calle, viene todo el siglo XIX, liberal y romántico, con La Tribuna Liberal, «boletín del Partido Liberal». Lo cual que le alegra a uno que haya un Partido Liberal, en Madrid o donde sea, pero habría que reconducir un poco la pregunta que la momia de Lenin le hizo a la Institución Libre de Enseñanza:-Liberalismo, ¿para qué?

Porque anoche he estado en el teatro Lavapiés, en el estreno y función única de Romance de Lobos, de Valle-Inclán, por un Laboratorio Teatral, con toda la movida punk en camiseta, y lo que hace ese Laboratorio es disolver a Valle en aceite de colza y colorearlo luego, con las anilinas tóxicas de un Bretch, un Beckett y un Grotowski leídos saltándose la letra pequeña. Ni eso es libertad escénica, ni siquiera libertinaje, como diría mi querido Berlanga, que ha acertado con la definición prodigiosa:

-Libertinaje es libertad y algo más.

Mientras decía esta cosa digna de Sartre, Luis se metía los dedos en la nariz, que es lo menos erótico que sabe hacer. Pienso que, igualmente, la libertad liberal del XIX tiene que ser algo más que eso en el XX, ya que también el despotismo, ni siquiera ilustrado, es ahora algo más que despotismo. Es una cosa entre forajida y sepulvedana que no va a parar Pedro Schwartz reconociendo, como reconoce, que «la empresa pública es un sueño imposible». Aquí nadie ha tratado de desprivatizar la empresa privada, ni las tierras del señorito andaluz, en lo que llevamos de transición/ reforma /concertación, y sin embargo él ultragolpismo no se da por contento y quiere que salga el villano de su rincón, para arrinconamos a todos.

Lo cual que Angel del Pozo y Amilibia me han filmado junto a la estatua de Valle-Inclán, en Recoletos, leyendo yo unos párrafos del maestro, o sea en homenaje, y ése sí nos está haciendo falta que vuelva, porque, si la naturaleza imita al arte, aquí la Historia imita al esperpento, y lo supera. Rodolfo Vinacua, en Cara a cara, descodifica a Manuel Puig y explica muy bien cómo el que empezó haciendo el pastiche de la cursilería ha acabado, sencillamente, en cursi. Decía Pascal (me parece que era Pascal) que hay que hacer como si se cree -ritos, oraciones, misas, cosas-, a ver si acaba uno creyendo. Hagamos todos de demócratas, de liberales, de progresistas, de aperturistas, de europeos, de maravillosos, y, si lo hacemos con fe y energía, la representación terminará siendo verdad. La prodigiosa fórmula de Berlanga, en fin: «Libertinaje mejor que libertad». Entendiendo por libertinaje libertad más justicia o libertad más imaginación. Lo ha dicho Rosa Montero en reciente entrevista (maravillosas fotos):

-El equívoco, en periodismo, es nefasto.

Libertad informativa, libertad sin equívocos ni terrorismos ni antiterrorismos. O sea libertinaje, en el buen sentido de la palabra y con perdón. Garrigues-Walker se lo dijo un día a este periódico: «El liberalismo se agosta en UCD». Pues hale, Antonio, sin miedo, al libertinaje. «En la OTAN ya estamos; si tenemos unas bases que son la madre que nos parió». Es otra frase del único joven virgen de la democracia española. Lo que pasa es que el paleocapitalismo español, agrario, y por tanto quietista, entiende como libertinaje hasta la libertad de compraventa. Liberales financieros de los cuarenta/cuarenta, con el INI de institutriz fea. No es que no inviertan por miedo a Marx, que eso daría risa. No invierten por miedo a Adam Smith. Frente a eso, hoy, nuestros liberales tienen que ser un poco libertinos.

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