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Posible derrota de Beguin en las elecciones israelíes

ENVIADO ESPECIALEl Partido Laborista israelí parecía haber obtenido esta madrugada una corta victoria en las elecciones legislativas frente a la coalición nacionalista conservadora Ukud, dirigida por el primer ministro, Menájem Beguin, según las estimaciones facilitadas por la televisión de Israel.

La aparente victoria del principal partido de la oposición colocaría a su líder, Shimon Peres, de 58 años, en condiciones de formar Gobierno con la ayuda de varios pequeños grupos parlamentarios.

En la sede central del Partido Laborista en Tel Aviv, donde una explosión de alegría acogió los primeros resultados, Shimon Peres declaró haber «recibido un mandato para conducir al país, ya que hemos aumentado nuestro número de escaños en un 50%, éxito sin precedente en los anales de las legislativas».

El Partido Laborista podría conseguir cincuenta escaños, sobre un total de 120, en la Kneset (Parlamento), convirtiéndose así en el primer grupo parlamentario, con cuatro diputados más que el Likud. No se descarta, sin embargo, que la diferencia definitiva sea menor.

Pero si los laboristas parecen haber obtenido dieciocho escaños más que en las elecciones de hace cuatro años, la coalición encabezada por Menájem Beguin también ha progresado, pasando al menos de 43 a 46. La eventual victoria laborista no significaría en absoluto una derrota del Likud.

En su primera reacción pública, el primer ministro afirmó esta madrugada que su coalición, integrada por el Herud (nacionalista conservador) y el Partido Liberal, era «la única en condiciones de formar Gobierno».

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Clara bipolarización del electorado israelí en detrimento de los pequeños partidos

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Pero sus colaboradores, en la sede central del Likud, en Tel Aviv, se declararon en conversaciones privadas poco satisfechos de los resultados.

El Partido Laborista estuvo en el poder en Israel 29 años seguidos, de 1948 a 1977, año en que perdió las elecciones dando paso a un gobierno Likud.

El avance ayer de los laboristas y del Likud pone de relieve una clara bipolarización del electorado israelí, que se efectúa en detrimento de los pequeños partidos religiosos o laicos.

Mientras el Partido Nacional Religioso pierde la mitad de sus escaños, pasando de doce a seis, el bloque judío ortodoxo Aguda cede uno, quedando reducida su representación parlamentaria a tan sólo cinco escaños.

El Telem, dirigido por el célebre Moshe Dayan, ex ministro de Asuntos Exteriores y de Defensa, tan sólo consigue un escaño, el de su líder. Y el movimiento pacifista Shelli conserva un único escaño, si es que no desaparece.

Por primera vez, un partido de inspiración sefardí, el TAMI (Movimiento por la Tradición en Israel), estará presente en el Parlamento con dos escaños. El 60% de la población judía de Israel es de origen sefardí.

El partido comunista Rakah, que se presentaba bajo las siglas de Frente Democrático para la Paz y la Igualdad, mantiene su porcentaje habitual y se materializará en el Kneset con cuatro o cinco escaños.

Llamamiento de la OLP

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) pidió, como suele hacerlo en cada consulta electoral, a los 240.000 árabes con nacionalidad israelí que otorguen sus sufragios al Rakah.

A pesar de su pérdida de influencia, los pequeños partidos seguirán jugando un papel clave. Sin su apoyo ninguno de los "dos grandes" está en condiciones de llegar a los 61 escaños necesarios para poder gobernar.

A partir de hoy se iniciarán arduas negociaciones en las que los laboristas, si quieren volver al poder, tendrán que efectuar valiosas concesiones a los religiosos, en todo lo referente al culto judaico. La mayor afinidad teológica entre el Likud y los dos principales partidos religiosos no obsta para que, muy probablemente, los laboristas, gracias a su espectacular aumento de escaños, sean llamados por el Presidente del Estado, Isaac Navon, a formar Gobierno.

Pero los observadores se preguntan si la hetereogeneidad de la coalición parlamentaria que podría respaldar a Shimon Peres no le impedirá permanecer en el Gobierno durante un largo periodo.

Isaac Navon inicia esta tarde las consultas tendentes a encomendar a un líder político la formación de Gobierno. El encargado de esta misión dispone de tres semanas para llevar a cabo su tarea, pero en caso de fracaso puede pedir un segundo plazo de 21 días. Los diplomáticos occidentales acreditados en Tel Aviv acogieron con cierto alivio la victoria laborista, que supondrá una mayor flexibilidad en política exterior.

A pesar de la actitud intransigente adoptada durante la crisis de los misiles en Líbano, de¡ bombardeo en junio de la central nuclear iraquí de Tamuz, de las medidas demagógicas tomadas en materia económica, así como de los insultos proferidos contra el canciller germano-occidental Helmut Schmidt y el ex presidente francés, Valery Giscard D'Estaing, Menájen Beguin no ha conseguido superar a los laboristas en número de escaños.

Aba Eban, futuro ministro de Asuntos Exteriores de un posible gabinete Peres, se alegró de la vuelta de los laboristas, calificando su victoria como una "derrota de los partidarios del Gran Israel, que intentan anexionar los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza.

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