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La casa de modas Christian Dior, de nuevo en venta

La célebre casa de modas Christian Dior podría ser vendida de nuevo de manera más o menos inmediata. Sería la consecuencia más frívola de la quiebra del grupo Boussac Saint Freres, que, a su vez, es la filial textil del grupo de los cuatro hermanos Willot. Boussac, propiedad del que fue el rey del textil francés, había sido comprada en condiciones de saldo hace pocos años, cuando aquel célebre patrón de negocios múltiples y estrella de las carreras de caballos, quebró también. La segunda muerte de Boussac podría afectar a 20.000 empleados.

Los cuatro hermanos, célebres por su riqueza y porque los cuatro se visten de negro, como si fueran de entierro a diario, durante los últimos veinticinco años han amasado una fortuna colosal, comprando negocios en quiebra. Pero siempre con dinero prestado por los bancos, o gracias a las facilidades fiscales que les ha concedido el Tesoro público.En cada ocasión, la operación se ha repetido: del saldo adquirido separan los negocios o bienes rentables y continúan jugando con el resto.

Con el llamado imperio Boussac operaron de la misma manera. La oveja negra del grupo es el textil, afectado por la crisis de este sector por razones financieras (aumento de las tasas de interés) y, en última instancia, por motivos políticos, debido a que el nuevo Gobierno socialista no está dispuesto a jugar el juego del Gobierno anterior.

El último Gabinete Barre había favorecido importantes préstamos bancarios para salvar el grupo, y le consintió un nuevo plazo para que pagase 45 millones de francos de impuestos. El Gabinete Mauroy ha dicho no, y los hermanos Willot declararon la quiebra de su industria textil, implantada en la región de Lille, ciudad de la que fue alcalde el primer ministro. Debido a la actitud del Gobierno, en esta ocasión tendrán que hacer frente a sus deudas, y se supone que los Willot tendrán que vender su negocio más sano, la firma Dior, valorada en unos 350 millones de fra ncos (5.600 millones de pesetas).

A pesar de todo, los cuatro hermanos no habrán perdido el tiempo, ni dinero, al comprar Boussac por setecientos millones de francos. Los periódicos que han vendido, los caballos de carreras, Dior, las múltiples propiedades inmobiliarias, superan ampliamente esa cifra.

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