ETA Militar, probable autora de dos asesinatos en Tolosa
Dos jóvenes de veintiséis años, Iñaki Ibargutxi y Juan Manuel Martínez, ambos vizcaínos, murieron ayer en Tolosa (Guipúzcoa), asesinados por varios desconocidos que, gritando vivas a ETA Militar, acribillaron a balazos su automóvil en pleno centro de la localidad. Conrado Martínez, militante del Partido Comunista de Euskadi (PCE-EPK) y hermano del segundo de los fallecidos, se encuentra herido de extrema gravedad. En cuanto a Ibargutxi, pertenecía al Partido Nacionalista Vasco (PNV) y había sido un activo dirigente comarcal de su organización juvenil, EGI, en la zona vizcaína de donde era natural.Según los testimonios recogidos por EL PAIS, los tres jóvenes abandonaron sobre las cinco de la tarde el restaurante Beti Alai, situado en la calle Arosteguieta, donde habían estado comiendo, como hacían casi a diario desde hace varias semanas. Cuando se habían introducido en el automóvil de Juan Manuel Martínez, un Seat 124 azul, con matrícula de Bilbao 3541 -U, aparcado en el pasaje Muñagorri, junto a la calle de Pablo Gorosábal, principal arteria de Tolosa, varios individuos que aguardaban en las inmediaciones abrieron fuego contra el vehículo, al parecer con dos metralletas.
Testigos presenciales confirmaron a última hora de la tarde a EL PAIS que los autores del atentado gritaron ¡Gora ETA Militarra! (¡Viva ETA Militar!) en el momento de disparar. Por otra parte, después de una prolongada sesión extraordinaria, el Ayuntamiento de Tolosa aprobó por mayoría un comunicado en el que se condena el atentado.
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Uno de los asesinados en Tolosa militaba en el PNV, y el herido, en el PCE-EPK
Viene de primera páginaEl ocupante de la parte trasera y el que se había colocado en el asiento vecino al del conductor resultaron muertos casi en el acto, alcanzados por numerosos impactos. Uno de ellos quedó derrumbado sobre el parabrisas envuelto en sangre, mientras el otro joven se desplomó sobre el asiento, con las piernas fuera del automóvil. Conrado Martínez fue conducido instantes después a la clínica de San Cosme y San Damián, de Tolosa. Allí se comprobó la gravedad de su estado y se decidió trasladarle a la residencia de la Seguridad Social Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián, donde se le apreciaron dos heridas de bala en el tórax, una con salida del proyectil a la altura del esternón, y varios impactos más en la zona de los riñones. Minutos antes de las diez de la noche, fuentes de la residencia informaron que el herido estaba en el quirófano, donde se le practicaba una intervención quirúrgica.
El vehículo quedó acribillado, especialmente en la parte derecha de la carrocería. También podían observarse impactos en el cristal trasero. En el lugar del atentado, la policía recogió quince casquillos de bala, de calibre 9 milímetros Parabellum, marca Geco y SF, y una bala sin disparar.
A pesar de que se congregó en el lugar del atentado gran cantidad de público, parece ser que nadie pudo observar a los autores del ametrallamiento. Sin embargo, dos policías municipales habían visto poco antes cómo varios individuos extraían de un automóvil estacionado en las afueras de Tolosa, cerca de la capilla de Arramele, unas metralletas. Los agentes, que se encontraban allí con motivo de una celebración religiosa que forma parte del programa de fiestas de San Juan, comentaron más tarde que el hecho no les había llamado la atención, porque es relativamente habitual que policías de paisano manejen armas en la calle.
De acuerdo con esta información, los agresores habrían abandonado el escenario del atentado a pie, confundiéndose con los paseantes, y habrían regresado hasta las proximidades de la capilla citada, a más de quinientos metros del lugar donde perpetraron el doble asesinato, dándose a la fuga por la autovía San Sebastián-Tolosa. Uno de los accesos de ésta se encuentra muy próximo al punto donde habían aparcado el automóvil.
La noticia del atentado causó gran impresión en Tolosa, que celebraba ayer las fiestas de San Juan. La confusión aumentó a medida que fu e conociéndose la identidad de las víctimas. Entre otros rumores, se aseguró que podría tratarse de un error, ya que un guardia civil de la zona tiene un automóvil muy parecido al que fue atacado. Este dato no pudo confirmarse en medios oficiales.
Los tres jóvenes, que se dedicaban profesionalmente a la venta, acudían a comer todos los días, excepto los fines de semana, al restaurante Beti Alai, desde hace aproximadamente dos meses. Allí habían comentado que promocionaban métodos para aprender idiomas.
Iñaki Ibargutxi, de veintiséis años, había nacido en Miravalles (Vizcaya) en una familia nacionalista, y su padre es un renombrado txistulari. Militó en el PNV desde muy joven, y jugó un papel muy activo en la organización de la rama juvenil EGI y en la puesta en marcha del batzoki o local nacionalista de su pueblo. Aunque«seguía afiliado al partido, se había alejado de la actividad política a raíz del conflicto entre las tendencias oficial y sabiniana, aunque se identifica con esta última. Trabajaba como visitador médico. Tenía previsto casarse el 7 de septiembre con una muchacha de Amorebieta. José Manuel Martínez, el otro joven asesinado, contaba también veintiséis años y había nacido en Durango. Al parecer, estudió Ciencias Económicas en Bilbao y se incorporó a la venta de libros, casetes y métodos de eusquera, al no encontrar trabajo de su especialidad. Estaba soltero.
En cuanto a Conrado Martínez, hermano del anterior, nació hace 31 años, está casado y tiene un hijo de corta edad. Milita en el PCE-EPK desde hace cinco años, y asistió al último congreso de este partido como delegado de la agrupación de Basurto. Martínez reside en la calle de Zabalvide, de Bilbao.
Medios del PNV anunciaron que, en señal de protesta y duelo por el asesinato del inilitante del partido Iñaki IbargutxI y de su compañero, las ikurriñas ondearán hoy a media asta en todos los batzokis y locales nacionalistas.
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