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Derribado el interior del palacio de Bornos, pese a estar protegido por el Plan Especial

El palacio de Bornos, edificio isabelino situado en el número 12 de la calle del Pez, esquina a la calle de Madera, ha quedado reducido prácticamente a las deterioradas fachadas, después de que durante la semana pasada se realizaran obras que han terminado con los restos del edificio interior. Está protegido por el Plan Especial de Protección de Edificios Históricos.

Ayer, lunes, las puertas de acceso al palacio permanecían cerradas, pero por las ventanas de la planta baja que daban a la calle de Madera podían apreciarse los últimos restos del edificio reducidos a montañas de escombros. Según la versión de algunos vecinos, días pasados un camión hizo numerosos viajes para sacar dichos escombros procedentes de los derribos interiores.El presidente de la Junta Municipal del distrito Centro, Juan Francisco Pla, aseguró a EL PAIS que las obras fueron denunciadas la pasada semana y que ahora el tema está en manos de la Gerencia Municipal de Urbanismo, donde se adoptarán las decisiones oportunas. Carlos de la Guardia, delegado de la Gerencia, señaló, por su parte, que se ha autorizado la realización de desescombro y retiro de algunas partes del edificio, que, por su estado, podrían representar peligro de derrumbamiento. Finalmente, manifestó que la situación está perfectamente controlada y se conservan las partes más importantes del palacio, como es una escalera central de gran belleza.

Sin embargo, José Luis Souto, vicepresidente de la Asociación de Defensa Ecológica y del Patrimonio Histórico Artístico (Adelpha), que junto con la asociación de vecinos de Malasaña han solicitado en varias ocaslones que el edificio fuese convertido en centro cultural, indicó que fueron denunciadas las obras que se esi.aban realizando en el palacio y que, ante la denuncia, éstas fueron paralizadas. De todas formas, la pasada semana se reanudaron.

El palacio de Bornos es una construcción isabelina de tradición tardo-neoclásica de mediados del siglo XIX. El abandono del edificio era apreciable desde hace años, ya que, pese a su evidente deterioro, la propiedad no realizó ninguna clase de obras para evitar su destrucción. El temor de los vecinos es que se llegue a su derribo total y se construya en el solar un centro comercial

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