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Abril insiste en la denominación "Reino de Valencia" a pesar del Estatuto

La aprobación, el pasado viernes, en Peñíscola (Castellón), del proyecto de estatuto de autonomía del País Valenciano por la asamblea de parlamentarios y diputados provinciales de Alicante, Castellón y Valencia ha supuesto la entrada definitiva de la autonomía en la vía del articulo 143 de la Constitución. La sesión, celebrada en el castillo donde residió el papa Luna, fue tormentosa y terminó tarde. Pese a que han triunfado la mayor parte de los textos de UCD, Fernando Abril no está aún satisfecho, y espera que la izquierda acepte la denominación de Reino de Valencia.

Para el presidente regional de la UCD valenciana, Fernando Abril, esa jornada ha supuesto «el fracaso de las vías nacionalistas desbocadas, que apostaron a otro proyecto autonómico que comporta el desencuadernamiento del país y la desestabilización de la democracia», según manifestaba ayer en una conferencia de Prensa.Abril explicó que su partido se felicita de que comunistas y socialistas hayan reconocido el mantenimiento y potenciación de las diputaciones provinciales, que él considera base de la autonomía. Igualmente, es motivo de alegría para UCD que la izquierda adopte la vía del artículo 143, sin elementos «que acaban siendo negativos», como los referendos, y que haya admitido también la franja azul en la bandera.

Sin embargo, para Abril y su partido, como dejó ayer bien claro, esto no es suficiente. La izquierda deberá adoptar también la denominación de Reino de Valencia y quizá adoptar total o parcialmente las enmiendas defendidas por UCD en el plenario de parlamentarios, que fueron derrotadas al tener los partidos de izquierda mayoría en este órgano, y que figuran en un anexo al texto aprobado.

Fernando Abril considera que es fácil que haya una aproximación de socialistas y comunistas a su tesis en las posteriores fases de tramitación del estatuto en el Parlamento, ya que la denominación País Valenciano, contenida en el texto, recuerda el nombre de Paisos Catalans (Países Catalanes), y es peligrosa, al estar emparentada con lo que Abril denomina «nacionalismos enfermizos».

No menos importante en relación con todo ello es el hecho de que el texto del proyecto recoja el tope mínimo de un 5 % de los votos emitidos en la comunidad autónoma para que cualquier formación política pueda acceder a las Cortes valencianas, excepción hecha de los partidos de implantación estatal.

No más modificaciones

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Para el Partido Socialista del País Valenciano (PCPV-PSOE), como indicó su secretario general, Joan Lerma, en la sesión de aprobación del proyecto de estatuto, su capacidad de aceptación de las tesis centristas ha tocado fondo, y no tolerará una nueva modificación. Preguntado por EL PAIS sobre cuál será la actitud del partido del Gobierno en el Parlamento, donde podría conseguir suficiente apoyo para imponer por mayoría las pocas exigencias que todavía no ha aceptado la izquierda, Abril dijo que «ya cruzaremos el puente cuando lleguemos al río», y expresó su confianza en convencer a socialistas y comunistas.Lo cierto es que en la reunión de Peñíscola estuvo a punto de no lograrse la aprobación del proyecto de estatuto por un problema sintáctico, lo que no parece mal colofón para un proceso tan peculiar. Un grupo de miembros socialistas de la asamblea, pertenecientes al sector más nacionalista del partido, abandonaron la sala y no volvieron hasta después de muchas negociaciones.

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