La inspectora fallecida fue enterrada en Ciruelos (Toledo)

Los restos mortales de la inspectora de Policía María José García Sánchez, muerta en acto de servicio en Zarauz (Guipúzcoa), recibieron sepultura poco antes del mediodía de ayer, en el cementerio de la localidad toledana de Ciruelos. Previamente en Madrid, en la sede de la Dirección de la Seguridad del Estado (DSE), donde había sido instalada la capilla ardiente el día anterior, se celebró un funeral al que asistieron el ministro del Interior y la plana mayor de su Departamento.Al funeral acudieron alrededor de trescientas personas, entre familiares, amigos y compañeros de la fallecida. Juan José Rosón, que adelantó su regreso de Roma para estar presente en la ceremonia religiosa, se encontraba acompañado por el director de la Seguridad del Estado, Francisco Laína; el director general de la Policía, José Luis Fernández Dopico; los máximos representantes de la Guardia Civil y Policía Nacional, generales Aramburu Topete y Sáenz de Santa María, y el jefe del Mando Unico para la Lucha Antiterrorista, Manuel Ballesteros, entre otros.

El sacerdote oficiante pidió, en el curso de la homilía, «resignación cristiana» a los familiares de la inspectora muerta y «un generoso perdón hacia los autores materiales del asesinato, hacia sus cooperadores y hacia sus instigadores, tal como hizo Jesucristo en la cruz».

En Ciruelos, donde se procedió a la inhumación del cadáver, estuvieron presentes las primeras autoridades de la provincia de Toledo y numerosos compañeros de la víctima, la mayoría miembros de la Brigada Central de Información. A la inspectora fallecida en acto de servicio le ha sido concedida la medalla de oro al mérito policial.