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Presentación de los dos últimos libros de Tierno Galván y Francisco Umbral

"Cabos sueltos" y "A la sombra de las muchachas rojas": dos testimonios de nuestro tiempo

Enrique Tierno Galván, alcalde de Madrid, y el escritor Francisco Umbral presentaron ayer en dos hoteles madrileños sus dos últimos libros. Políticos, intelectuales y personalidades del arte y del espectáculo acompañaron a los autores de estas obras, que tienen en común su valor de crónicas y de memorias. Joaquín Ruiz Giménez presentó Cabos sueltos, del profesor Tierno Galván, como «una gran lección de lucha por la democracia» y como un «mensaje de esperanza comprometida».

Francisco Fernández Ordóñez, ministro de Justicia, presentó la última obra de Umbral, A la sombra de las muchachas rojas, como «un libro descrispante, optimista, tranquilizador y aconsejable de leer». Intervinieron, junto al ministro, en la presentación de la crónica-novela de Umbral, el cantante Ramoncín, el diputado socialista Virgillo Zapatero, el presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, José María de Areilza, las actrices Nuria Espert y María Asquerino y el profesor Lázaro Carreter."Cabos sueltos", es un elogio profundo a esa masa ignorada que con un pudor inmenso luchó infatigablemente dentro y fuera de España por una nueva situación, porque, en definitiva, estas personas progresistas son las que mueven la historia y nos dan la esperanza del futuro».

Así terminaba ayer el alcalde de Madrid. profesor Enrique Tierno Galván, el acto de presentación de su último libro, titulado Cabos sueltos, editado por Bruguera. Tanto la obra como el autor fueron introducidos previamente por Joaquín Ruiz Giménez ante cerca de quinientas personas, entre las que se encontraban profesores, diputados, intelectuales y muchos antiguos militantes del Partido Socialista Popular (PSP).

Para Enrique Tierno, el libro es, fundamentalmente, un canto de agradecimiento a la tenacidad de los progresistas españoles, quienes durante cuarenta años mantuvieron el germen de la libertad a pesar de que algunos de ellos participaron en una determinada época en el engranaje del anterior sistema autocrático. «El libro, por tanto, no es un elogio al proletariado mártir ni a la burguesía media».

Entre los motivos que le han movido a escribir esta obra, el profesor Tierno explicó que en prime lugar se trataba de una liberación de actos e ideas que le pesaban en las capas más profundas de la conciencia. «Pero esa liberación la he conseguido», dijo, «a través del recuerdo. Estas páginas son recuerdos en los que actúa la memoria filtrada por la situación del presente. Es decir, el libro está construido desde los mecanismos retrospectivos de la situación actual». Según aclaraciones del propio profesor Tierno, el libro no es el registro de un agrimensor, es, en parte, creación literaria en la que interviene la imaginación que transforma, por ejemplo, lo grande en pequeño o lo pequeño en grande. «Me he esforzado», añadió, «por no poner mala intención en mi crítica. Aspiro y quiero no ser desleal. Por ello, el libro está hecho con lealtad y dignidad, y además con una intención didáctica».

Reflexiones de un alcalde

Joaquín Ruiz Giménez presentó Cabos sueltos, que recoge una serie de reflexiones y pensamientos de Enrique Tierno Galván desde la República hasta 1979, como la obra de un autor obligado por el sentido de la autenticidad: «Y aunque es crítico, siempre deja una salida abierta a la conciliación», dijo Ruiz Giménez.En el libro se notan tres alergias, a juicio de Ruiz Giménez: una animadversión al calor de la guerra; otra alergia a los homenajes y una tercera a todo lo inauténtico y desleal. Tras señalar las afinidades y diferencias que le han unido o separado con Enrique Tierno Galván. tanto en cuanto personas como en las formaciones políticas que ambos encabezaron en otro tiempo. Ruiz Giménez calificó el libro de «enormemente humano, que entusiasmará, admirará a unos o por el contrario provocará las iras de algunos otros».

El profesor Ruiz Giménez destacó tres dimensiones de Cabos sueltos: su pluridimensionalidad, el drama interior de Enrique Tierno y su gran lección para el mundo actual. "La gran lección de Enrique Tierno es que no importa tanto pertenecer a un partido, sin luchar por la democracia y en la construcción de la convivencia. Su último mensaje es el de la esperanza comprometida que pasa por la lucha contra la corrupción y por el asentamiento definitivo de los valores democráticos".

La risa, el humor y la ternura de Umbral

Algunos personajes de A la sombra de las muchachas rojas en torno a su autor, Francisco Umbral, explicaron cómo ven el libro y cómo se ven reflejados en este título de la colección de ediciones de novela Cátedra. El acto de presentación convocó una variopinta representación del mundo político, artístico e intelectual.«Buenas tardes, chicos y chicas», comenzó Ramoncín, que ostentaba sus típicos atributos -gafas negras más sombrero tejano- entre los sobrios Fernández Ordóñez y Virgilio Zapatero. «Me parece que eso de la transición es algo muy largo, algo que empezó ya con los Reyes Católicos y, aunque no tengo muy claro en qué consiste, puedo decir que no estoy por la transición, sino por la revolución».

«Lo único que me ha molestado del libro de Umbral es que me llame bajito. No soy tan bajito como te crees», protestó el diputado socialista Virgilio Zapatero, que recordó cariñosamente el viaje que hizo con Umbral a Nueva York para vender la Constitución a los emigrantes españoles, mientras agotaban las existencias de güisqui en los bares de los aeropuertos.

«Los indios dicen que la naranja está en el árbol o en el suelo. Nadie la ve caer. Lo que ha hecho Umbral en su libro es describir la caída de la naranja», señaló Fernández Ordóñez, con una acertada imagen «más propia de un crítico literario que de un ministro español», como comentó el propio Umbral. De libro descrispante, optimista, tranquilizador y aconsejable de leer, calificó también el ministro de Justicia el libro de Umbral, que «reúne los elementos esenciales que exige un clima de libertad: la risa, el humor y la ternura».

Una muchacha roja

La actriz María Asquerino, protagonista de uno de los episodios de la crónica-novela de Umbral, declaró: «A mí me hubiera gustado ser una muchacha roja. Me he quedado sólo en roja, porque muchacha dejé de serlo hace tiempo». Por su parte, Carmela García Moreno, de UCD, agradeció a Umbral el cariño con que la trata a ella en sus columnas, y afirmó que el libro A la sombra de las muchachas rojas no se puede deslindar del conjunto de la obra umbraliana, cuyo máximo valor consiste en haber introducido en la descripción de la acción política el sentimiento de lo lúdico.José María de Areilza situó el libro de Umbral como una crónica complementaria para explicar la transición en el futuro. «Todos los libros que se han escrito sobre este importante período de la historia española parten de un punto de vista político. Por ello, este texto de Umbral tiene la enorme virtud, como crónica erótica y noctámbula, de añadir una cualidad literaria y poética a los estrepitosos fenómenos que constituyen la actualidad nacional».

La actriz Nuria Espert declaró: «Creo que este es el libro más hermoso que ha escrito Umbral, porque es todo él una historia de amor».

Por último, el profesor Lázaro Carreter, desde un punto de vista literario. definió A la sombra... como una «crónica novelada tocada de surrealismo», y en la inevitable tendencia del profesional de establecer conexiones históricas apuntó que este libro es «el último de los episodios nacionales que se han publicado, escrito por un antigaldosiano. Los abismos estéticos que separan a Umbral de Pérez Galdós no impiden que nos siga contando las historias tristes y esperanzadas de la vida española».

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