Laudo para los médicos

Llevo ya días dándole vueltas al asunto que me induce a ponerle estas líneas y no acababa de decidirme, a ver si mientras tanto llegaba la sensatez. Esto, veo, no es así, y los motivos para escribir esta carta creo son harto suficlentes. Se trata de la huelga de la sanidad del Estado o llámesele como quiera, que a mí me es indiferente. No haría falta ninguna encuesta para ver cómo el pueblo, que al final (como siempre) es el que paga los emolumentos a este personal y las consecuencias de una huelga a todas luces salvaje, se decidiera condenándola.Sin entrar ni salir en los motivos más o menos válidos que estos señores puedan tener para traer en jaque a la población española y a la Administración, mi perplejidad reside en la comparación que no me queda más remedio que hacer, a la vista de los hechos, entre este personal y el de Renfe, al cual, no sé si por suerte o más bien por desgracia, tengo, eso sí, el honor por tradición de pertenecer. Resulta que en los dos últimos convenios intentados negociar con la dirección de la empresa, ésta se cerró en banda apoyada por la Administración, y fuimos forzados como empresa pública a mantener unos servicios mínimos y al final, como los trabajadores seguíamos presionando (ya que da la casualidad de que Renfe no tiene ni ha tenido nunca sueldos ni horarios tan rentables como los señores de la medicina, aunque sí más responsabilidades), se nos impuso el consabldo laudo de obligado cumplimiento. Así, a la trágala, o lo tomas o lo dejas, o trabajas con un aumento del 10% -que es a lo máximo que podía llegar el Gobierno, aunque sea anticonstitucional, pues así se denunció- o a la calle con pérdida de empleo.

Mi pregunta es elemental ¿Cómo no se les aplica a estos señores, y sin contemplaciones, el mismo método? Seguramente lo agradecerían suficientemente muchos médicos hoy en paro, más jóvenes y, sobre todo, con muchas mas ganas de trabajar./