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Los signos de recuperación son todavía débiles e inestables

Joaquín Estefanía

Pese a la espectacular subida de las Bolsas españolas (que ayer volvió a repetirse, aunque en términos más moderados que en la jornada anterior), los indicios de recuperación de la economía española son contradictorios, y de ninguna forma pueden lanzarse las campanas al vuelo y decir que «ya se ve la lucecita del final del túnel», en frase utilizada repetidamente por el hoy presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, cuando ocupaba la vicepresidencia económica. Hay algunas expectativas de relanzamiento, que inducen a la esperanza, pero Pocas realizaciones concretas, entre las que se encuentra sin duda el acuerdo nacional de empleo.

Fuentes de la Administración situaron así la coyuntura económica a mediados de 1981: escaso crecimiento de la demanda de energía, escaso crecimiento del crédito en los primeros meses, y unos datos muy negativos de comercio exterior en los dos primeros meses del año, como principales aspectos negativos. Mejora de la demanda de crédito en el mes de abril, y de la cartera de pedidos de los bienes de equipo, una demanda del crédito a la exportación con mucha fuerza, y una ligera caída del paro registrado en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo en el mes de mayo en alrededor de 10.000 personas, como aportaciones más positivas.La conclusión de esas mismas fuentes es que se puede hablar de un relativo estancamiento de la economía en el primer trimestre del año, y una tendencia hacia el crecimiento a medida que se avanza en el ejercicio, que permite insinuar un incremento del PIB a finales de año del 2%. El resto de las magnitudes se comportaría con una inflación del 15% y un déficit por cuenta corriente de algo más de 6.000 millones de dólares. Para el próximo año hay que contar con que la economía española seguirá creciendo dentro de un contexto favorable del mundo occidental. Todo ello resulta avalado por unos recientes análisis del secretariado de la OCDE, de finales del mes pasado, que indican que la economía española pasará de un crecimiento de su producto interior bruto del 1,9% en este año, al 3,1 % en 1982.

En toda esta nube de esperanzas, infladas desde determinados medios interesadamente, destaca, por sus efectos psicológicos, de primera importancia, el acuerdo nacional de empleo recientemente firmado. El ministro de Economía y Comercio, García Diez, declaró ayer a EL PAÍS que, efectivamente, habían coincidido algunos hechos en estos últimos días para permitir levantar el ánimo en cuanto al futuro, pero que de ningún modo se podía relajar el ambiente y pensar que el ciclo ya había cambiado de signo. «El acuerdo sobre el empleo», afirmó García Diez, «al margen de sus efectos concretos, tiene importancia por el mismo hecho de que se haya firmado, de que se hayan puesto de acuerdo los agentes sociales y el Gobierno. También hay que contar con una coyuntura internacional en lo que se refiere al petróleo, que permite pensar que no va a haber sobresaltos a corto plazo. Y también hay algunos puntos que estuvieron encima de las mesas de negociaciones sobre el empleo, pero que no han aparecido en su redacción. El más importante es el compromiso del Gobierno de que en 1982 el crédito al sector privado crecerá tres puntos por encima de la inflación, es decir, que crecerá tres puntos reales. Esto, evidentemente, tiene un efecto muy positivo para los empresarios. Por otra parte, estamos estudiando en la nueva ley de Presupuestos Generales del Estado la introducción de algunos estímulos iniciales al ahorro y a la inversión en cuentas de ahorro bloqueadas, etcétera. Por último, hay que pensar que los costes financieros no han subido en general tras las medidas liberalizadoras del mes de enero. La confluencia de todos estos elementos permite ser optimistas de cara al futuro».

Estas medidas se complementan con otras que anunció el ministro ayer en la Comisión de Economía del Congreso, como son el intento de situar el déficit presupuestario entre el 3,6% y el 3,8% del producto interior bruto; el aumento del gasto total de la Seguridad Social por debajo del 14%, incluyendo el 10% pactado de revisión de pensiones; el aumento de la presión fiscal del 0,5%, que habrá de incidir más sobre el mejor aprovechamiento del sistema y la lucha contra el fraude, etcétera.

La Bolsa, otra vez

Por otro lado, ayer seguían produciéndose los análisis de los expertos sobre la subida de las bosas. Se sigue sin dar con una causa concreta que justifique el porqué de estas alzas «aquí y ahora». Sin embargo, se afirma que han coincidido una serie de causas objetivas que todas juntas han aupado esta «atmósfera de esperanza». Entre ellas hay que destacar las siguientes: sin incidir en los medios políticos, la mayoría de las personas que frecuentan el parqué de Madrid destacan el aspecto psicológico de la confianza que está aportando el presidente Calvo Sotelo con su política de gestos. Ello significa una crítica implícita a la actuación del anterior presidente Adolfo Suárez. Algunos ce estos personajes distinguieron claramente entre Calvo Sotelo y el resto del equipo económico, coincidiendo así con quienes desde plataformas institucionales atacan la presencia hegemónica de los socialdemócratas dentro del área económica gubernamental. Asimismo, y entre los factores psicológicos de las subidas, destacan el acuerdo sobre el empleo, «que va a permitir ganar mucho dinero a la banca o a las eléctricas con la banda salarial del 9% al 11 %, cuando estas instituciones previsiblemente pensaban en que los costes salariales de 1982 les iban a resultar dos o tres puntos por encima. Además, los tipos de interés no pueden bajar mucho, y el precio de las eléctricas tampoco», según un alto ejecutivo del Banco de España. Por último, también se destaca la relativa tranquilidad, en cuanto a los atentados terroristas que existe en los últimos días.En cuanto a los aspectos estrictamente técnicos, se apuntan los créditos a los compradores, las desgravaciones del impuesto sobre la renta de las personas físicas, la misma eficiencia de algunas empresas que, habiendo salvado la crisis, se han saneado y están ganado dinero, y también el hecho de que la Bolsa estaba muy baja, y su nivel habitual debe ser más alto.

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