Las bombas de Israel
EL PRETEXTO para el bombardeo israelí del centro nuclear de Irak-no es aceptable ni aun dentro de la neurosis de defensa propia del Estado de Israel. En el supuesto de que Irak pretendiera utilizarlo para fabricar bombas atómicas, en contradicción con su firma en el acuerdo mundial de no proliferación -lo cual no significa solamente un compromiso, sino la continua inspección por parte de técnicos internacionales de una vigilancia muy estricta y con extraordinarios de detección- nunca podría: conseguirlo sin la ayuda directa de países desarrollados en esta materia (Francia ha suministrado el material, los técnicos y el uranio enriquecido para su funcionamiento), y aun así habrían de pasar muchos años antes de que tuviera una bomba operativa. Y entre tenerla y decidirse a usarla , y precisamente contra Israel, hay también un abismo del decisiones y una exposición a gravísimas represalias mundiales. Sin embargo, la idea de destruir el centro nuclear de Irak ronda desde hace mucho tiempo la cabeza de los dirigentes de Israel; se dijo al principio de la guerra entre Irak e Irán que algún bombardeo de la zona por los aviones de Jomeini estaba dirigido desde Israel, y que incluso la guerra misma entre los dos países árabes, aun siendo los dos enemigos de Israel, había estado manipulada por Beguin. Las razones de la agresión hay que buscarlas por otras vías. Una de ellas es que faltan tres semanas para las elecciones en Israel, y que Beguin está recibiendo acusaciones de «pactista» por parte de la oposición y de los más exaltados militantes de la neurosis de defensa. La otra es que Israel trata de desmontar unas operaciones de paz -y ésta es una razón concatenada a la anterior- que manejan Estados Unidos con su mediador Philip Habib, que podrían basarse en el plan de Arabia Saudí, que ésta propaga por el mundo con la fuerza de su petróleo -el rey Jaled está ahora en Londres, donde se le recibe con alga que en castellano castizo, se llama coba-, que a Israel le parece inaceptable. Así, después de -haber realizado un nuevo control sobre Egipto -en las conversaciones Sadat-Beguin del día 4-, para evitar que los egipcios se colocaran al lado de Siria en la eventualidad de una guerra de Israel contra ese país (por la cuestión de los misiles en Líbano), ha realizado, este ataque. Adviértase que cuando Beguin se entrevistaba con Sadat la operación contra Irak estaba ya preparada y la fecha de dos días después, decidida.Aparte de la gravedad moral de un ataque repentino contra otro país, violando para ello eÍl espacio aéreo de otros, la irrupción de las bombas israelíes en Irak destruye las posibiliades de cualquier arreglo próximo de la situación y aumenta las posibilidades de guerra. Parece que este es el objetivo deseado, y que ha sido elegido precisamente para eso este momento. Beguin reúne la adhesión de todos sus compatriotas -y de sus correligionarios, estén donde estén- y no parece temer mucho las represalias que puedan producirse en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas -convocado con urgencia-, ni siquiera las de Estados Unidos, complicado en la situación: son aviones y bombas de fabricación americana los que han caído sobre Irak. La idea esbozada de que Estados Unidos podrá suspender la ayuda a Israel parece impracticable. Beguin tiene una considerable impunidad en esta actuación espectacular, por la que ha derivado la contenciónde una guerra contra Siria, que le estaban reclamando los electores, pero que no. está excluida, sino que, al contrario, presenta ahora mayores posibilidades.
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