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Debate sobre ética y socialismo en torno a un libro de Virgilio Zapatero

«En puro rigor filosófico no se puede compaginar a Kant con Marx», decía Jullán Marías, presidente de Fundes, la fundación que ayer organizó un coloquio sobre socialismo y ética en torno al libro del diputado socialista por Cuenca Virgillo Zapatero.El ministro de Justicia, Fernández Ordóñez, señalaba que la pregunta que se trajo de la Unión Soviética Fernando de los Ríos, libertad, ¿para qué?, no era nada ociosa, ya que ha servido de hilo conductor «para el posterior socialismo democrático al que nos referimos». El interés por deslindar el socialismo del comunismo, en base precisamente a la valoración de la democracia, era preocupación mayoritaria de los participantes, algunos, como el profesor Valdecasas, encendido abogado de la inhumación del marxismo:

Los socialistas, por su parte, insistían en la trayectoria democrática del socialismo español, «personificada en nombres como Fernando de los Ríos, Prieto, Largo Caballero». Lo de Largo Caballero no era del agrado del moderador, Julián Marías, que además preguntaba por qué no figuraba Besteiro en la selección que figura en el libro Etica y socialismo.

Rafael Ansón recordó la voluntad democrática de Mitterrand, patente en las entrevistas televisivas, sus distancias respecto a las respuestas del comunista Marchais, así como sus críticas a la «campaña del miedo» practicada por Giscard y llena de mensonges (mentiras). En presencia de Laura de los Ríos, hija de don Fernando, preguntaba el mismo Ansón qué dirigentes socialistas actuales representarían la línea humanista del antiguo líder socialista. «Serían muchos», respondió el autor del libro, «y aunque algunos de ustedes no se lo crean, en primer lugar, hombres como Guerra, Gómez Llorente, Múgica o Peces-Barba».

Al final habló Alfonso Guerra, que puso en solfa el clima de consenso reinante entre personas y grupos tan dispares sobre el socialismo. Luego, y dirigiéndose críticamente al autor del libro, se distanció personalmente de un simple humanitarismo social para pasar a reivindicar el socialismo representado, por ejemplo, por un Largo Caballero. El debate teórico entre neokantismo y marxismo, tema del libro, quedó velado, al fin y a la postre, por las posiciones políticas de cada cual.

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