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Intenta suicidarse un ex ministro italiano, implicado en el escándalo de la logia masónica

Juan Arias

El presidente de la República Italiana, Sandro Pertini, recibió ayer al democristiano Arnaldo Forlani, encargado de formar nuevo Gobierno, interesándose para que la actual crisis política se resuelva lo más pronto posible, ya que el próximo día 21 ocho millones de italianos acudirán a las urnas para unas importante elecciones regionales y municipales. Los socialistas prefieren sin embargo, que se espere al resultado de estos comicios antes de buscar una salida al problema. Pero el clima se hace cada vez más tenso, sobre todo después de la grave sospecha de intento de suicidio del ex ministro Gaetano Staminati, a las veinticuatro horas de que el teniente coronel de la Guardia de Finanzas, Luciano Rossi. Se quitase la vida.

Ayer, tanto los familiares como los médicos del hospital de Niguarda, en Milán, donde está hospitalizado Starrimati, negaron categóricamente que se haya tratado de un intento de suicidio.Hablan ahora que sólo fue un problema cardiaco. Pero ayer, la noticia del presunto intento de quitarse la vida, mediante la ingestión de barbitúricos, ocupó con grandes titulares las primeras páginas de los periódicos.Las dudas tienen un fundamento. Stamniati, de 73 años, cinco veces ministro, dos senador ex presidente del Banco Comercial, actual presidente de la cadena de grandes almacenes La Rinascente, fue trasladado urgentemente al hospital desde un hotel de Milán y fue ingresado no con su nombre, sino con el del marido de su hija Laura, es decir, Gactano Paganuzzi, el cual acaba de dimitir como secretario de la comisión parlamentaria que investiga el escándalo Sindona, al saber que su suegro, Staminati, estaba afiliado a la logía masona clandestina Propaganda 2 (P-2), con el número 1.636. Más aún, el ex ministro había sido uno de los garantes de personajes excelentes que solicitaron el ingreso en la P-2, entre ellos el actual ministro de Justicia, el democristia no Adolfo Sarti.

Pero Staminati no sólo era miembro importante de la P-2. Precisamente losjueces le habían interrogado hace unos días, y se rumoreaba que iba a serobjeto de un mandato judicial, porque en los archivos de Lucio Gelli, maestro venerable de la logia clandestina, han aparecido documentos, secretos sobre el escándalo del petróleo Eni-Petromin, relativo a compra de crudos a Arabia Saudí. Estos documentos pertenecían al Ministerio de Comercio con el Exterior cuando Stamniati ocupaba tal cartera. Tres de sus más íntimos colaboradores, afiliados también a la P-2, han sido acusados por los jueces de espionaje político.

Lo cierto es que la noticia del presunto suicidio y de la hospitalización urgente de Staminati se intentó ocultar bajó el máximo secreto. Lo descubrió, por casualidad, un periodista de L'Unita, órgano oficl del partido comunista (PCI), que reconoció personalmente a Stammati. Inmediatamente llegaron al hospital los jueces que le habían interrogado días antes y la policía política (DIGOS).

Ahora que Stammati está fuera de peligro podrá él mismo aclarar todo a los jueces. El ex ministro Stammati ha sido considerado siempre un tecnócrata más que un político. No estaba afiliado a ningún partido, pero era simpatizante y gran amigo de los líderes democristianos. Ha sido durante cuarenta años uno de los personajes de primera fila de la Administración del Estado en el campo de las finanzas. Nació en Nápoles, y ha sido catedrático de Economía Política y de Derecho Financiero.

Problemas socialistas

En este clima resulta cada vez más difícil resolver la crisis de Gobierno. Los socialistas están entre la espada y la pared. No se atreven a oponerse a su compañero el presidente Pertin, que desea que Forlani forme Gobierno rápidamente, y al mismo tiempo temen hacer un compromiso histórico con la Democracia Cristiana, precisamente en el momento en que este partido está más inmerso que nunca en escándalos políticos.

Los comunistas, a quienes los sondeos les atribuyen un ligero aumento en las elecciones del próximo 21, han vuelto a pedir a los socialistas que «no acepten formar Gobierno con ningún presidente democristiano».

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