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Los países arabigos piden la neutralización del océano Indico y la evacuación de bases extranjeras del golfo Pérsico

Los ricos monarcas del petróleo crearon solemnemente ayer en Abu Dabi el Consejo de Cooperación del Golfo, una nueva organización regional árabe destinada a a la defensa de la seguridad y estabilidad del golfo Pérsico, que en su primer comunicado pidió la salida de las flotas de las superpotencias del océano Indico y exigió la evacuación de todas las bases militares extranjeras en la región.

Un rey, un sultán, tres emires y un jeque-presidente firmaron un comunicado conjunto, en el que se condena la injerencia de las dos grandes superpotencias en el golfo; se pide la retirada de Israel de los territorios ocupados a los árabes y se afirma que la crisis de Oriente Próximo no será resuelta hasta que el problema palestino encuentre una solución justa.Los jefes de Estado de Arabia Saudí, Omán, Kuwait, Qatar, Bahrein y la Unión de Emiratos Arabes celebraron, durante el domingo y el lunes, su primera cumbre en Abu Dabi, la capital de este último país. En la reunión se constituyó formalmente el CCG, que agrupa a los seis Estados de la península arábiga, excepción hecha de los dos Yemen.

Surgida literalmente del desierto, con sus grandes avenidas, sus hoteles de lujo y su calor sofocante, Abu Dabi es un escenario idóneo para una reunión de esta naturaleza. Los seis Estados aquí representados están regidos por monarquías tradicionales, ocupan una extensión desértica más grande que Europa y tienen una población total de unos doce millones, de personas, inferior a la de Nueva York o Tokio. Casi la mitad de sus habitantes son extranjeros, atraídos por el petróleo a este nuevo El dorado.

Entre los seis países ahora agrupados en el Consejo de Cooperación del Golfo producen catorce millones de barriles de petróleo diarios, pero sus reservas comprobadas de crudos se estiman en 264.000 millones de barriles.

La CCG no quiere ser un bloque militar

Sin embargo, el, petróleo no aparece en el comunicado final de la cumbre de Abu Dabi, y los participantes en la misma insisten en que su política petrolera seguirá desarrollándose en la OPEP. Al mismo tiempo, los miembros del CCG niegan cualquier intención de constituirse en un bloque militar o en una organización que debilite la unidad árabe y musulmana, y se declaran partidarios de continuar colaborando con la Liga Arabe y la Conferencia Islámica. El Consejo de Cooperación del Golfo se estructurará de forma similar al Mercado Común Europeo. Se ha creado una secretaría general, que desempeñará Abdullah Bishara, antiguo embajador de Kuwait en las Naciones Unidas; se establece la sede permanente en Riad y se prevén dos cumbres anuales y cuatro reuniones más de los ministros de Asuntos Exteriores. La próxima reunión al más alto nivel se celebrará en noviembre, en Manama, capital del Estado de Bahrein.La cooperación en los campos económico, industrial, científico, educativo y cultural aparece como una de las metas básicas de este mercado, común del golfo que ahora empieza a crearse y al que no le faltarán millones de petrodólares con los que nutrirse. Pero, pese al énfasis puesto en el aspecto económico en los comunicados oficiales, la cuestión de la seguridad ha sido la más candente de los debates entre los seis países.

El sultán Qabus, de Omán, claramente alineado con Occidente, ha insistido en la necesidad de establecer una cooperación militar, que, con el respaldo de potencias del Oeste, si fuese necesario, garantizase la seguridad del golfo y, particularmente, del estrecho de Ormuz, por donde circula un 70% del petróleo que mueve al mundo occidental. Los otros cinco Estados se han, mostrado, con mayor o menor vehemencia, opuestos al sultán de Omán.

Los temas más espinosos se han dejado para ocasión posterior, y los seis jefes de Estado, reunidos durante poco más de un día en un lujoso hotel de Abu Dabi, firmaron la constitución del CCG, una serie de protocolos económicos y un comunicado final nada espectacular. Seguramente ante la insistencia de Omán se acordó que este país presente en la próxima cumbre un proyecto de creación de una fuerza naval encargada de vigilar el estrecho de Ormuz y de garantizar la libre circulación por el golfo.

Influencia de Arabia Saudí

Arabia Saudí, el gigante territorial, económico y demográfico de esta nueva organización árabe, es quien, gracias a su enorme influencia sobre sus vecinos, lleva la batuta de las conversaciones y quien propuso la creación del CCG, después de la revolución iraní, la intervención soviética en Afganistán y la guerra entre Irán e Irak.El comunicado final de la cumbre de Abu Dabi hace una llamada al alto el fuego en este último conflicto entre Estados también ribereños del golfo, expresa su apoyo a Siria frente a Israel y condena los feroces ataques del Estado judío contra el sur de Líbano. Los miembros del CCG se muestran decididos a seguir una política de no alineamiento, y aseguran que su organización no está dirigida contra nadie, excepto contra el Estado de Israel.

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