Mitterrand debería adelgazar
El presidente francés, François Mitterrand, se encuentra bien de salud. Su estado general «es satisfactorio». En todo caso debería adelgazar un poco, porque sus ochenta kilos no corresponden al peso de un hombre de 65 años que mide 1,72 metros. El viernes, el presidente, al iniciar su ejercicio real de la magistratura suprema, hizo público el comunicado médico resultante del chequeo al que se sometió días pasados. Es la primera vez que en este país un presidente ofrece las garantías de su salud a los ciudadanos. La cuestión se había debatido ampliamente a principios de la década de los años setenta, cuando el presidente Georges Pompidou murió de un cáncer de los huesos, que parece ser que ya se le había manifestado antes de iniciar su septenio.Paralelamente, Mitterrand informó a sus conciudadanos del estado de su situación económica. Los Mitterrand, François y Danielle, son copropietarios de una casa en París, en la calle de Bievre, del barrio Latino, valorada en cuarenta millones de pesetas, que compraron con un préstamo bancario, del que aún deben alrededor de unos cuatro millones de pesetas. Poseen una casa de campo en Latche (Landas francesas), enclavada en un terreno de diez hectáreas, plantadas de pinos. Son propietarios también de otra hectárea de terreno en el departamento del que Mitterrand era diputado La Niévire, y a Danielle, por herencia, le corresponde una parte de otra casa.
El paquete de acciones de los Mitterrand no es significativo; su cuenta corriente está abierta en el Crédit Lyonnais (banco nacionalizado) y sus ingresos, hasta la fecha, procedían de su sueldo mensual de diputado (cerca de 400.000 pesetas) y de sus derechos de autor. Sabido es que Mitterrand se cotiza en el mundo de la literatura.
En lo sucesivo, Mitterrand vivirá del presupuesto presidencial. En 1980, cuando aún era presidente Valéry Giscard d'Estaing, el contenido de esa hucha ascendió a 160 millones de pesetas anuales aproximadamente.
