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La versión del Gobierno se limita a la ofrecida por la Guardia Civil

La versión gubernamental sobre la muerte por la Guardia Civil de tres jóvenes el pasado día 10 en Almería se limita a la información facilitada por el propio cuerpo en base a la investigación ordenada por la Dirección General de la Guardia Civil, según expuso ayer el ministro del Interior.De acuerdo con esta versión, que abunda en la nota oficial facilitada por el Ministerio del Interior el mismo día de los sucesos, la muerte de los tres jóvenes constituye una «confusión reiterada en la identidad de las personas», a los que se habría confundido con los militantes de ETAm José León Mazusta Astibia, José María Bereciartúa Echarri y Miguel Angel Goyonechea Fradua.

En base a la identificación realizada por varios ciudadanos sobre un álbum de activistas de ETA que les muestra la Guardia Civil, se identificó a los sospechosos en los alrededores de la urbanización Roquetas de Mar, en Almería, y en el mismo vehículo en el que viajaban los tres jóvenes fueron trasladados a la comandancia del Cuerpo en esta provincia.

«En este clima de convencimiento de que se está ante los presuntos autores del atentado del general Valenzuela», se ordenó el traslado de los detenidos hacia Madrid, que se inició a las cinco de la madrugada del día 10 en una caravana integrada por un primer vehículo de la Guardia Civil al que siguen el Ford Fiesta en el que viajaban los detenidos y otros dos vehículos del cuerpo. Estos dos últimos, como el primero, no son coches oficiales, por pertenecer sus dotaciones al servicio de información y actuar camuflados.

Durante el traslado hacia Madrid «de los entonces presuntos terroristas», debidamente esposados, el teniente coronel que manda la expedición considera oportuno pasar antes por la localidad de Gergal para realizar una primera comprobación de declaraciones.

A la altura del kilómetro 8,300 de la carretera C-3326, y sin causa aparente que lo justifique, se abren las puertas delanteras del Ford Fiesta y caen sobre la calzada los dos guardias civiles que acompañan a los detenidos. El jefe que manda la expedición «ordena que se abra fuego sobre las ruedas del vehículo Ford Fiesta, al objeto de evitar la fuga de los conducidos», lo que ocasiona la pérdida de control del vehículo y su derrape hacia la margen derecha de la calzada hasta caer a una hondonada, incendiándose a continuación, «sin que el auxilio que se pretende prestar de inmediato a los ocupantes pueda ser efectivo».

«De las declaraciones de los guardias civiles que viajan en el Ford Fiesta se desprende que fueron agredidos por los otros ocupantes, hecho que determinó la pérdida del control del coche por su conductor y el peligro inmediato de su salida fuera de la calzada, como así sucedió».

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