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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Henry Moore en Madrid

SÓLO HA habido un fallo, excusable por lo demás, en la, inauguración de la magna exposición antológica de la obra del gran escultor británico Henry Moore, que ayer abrió sus puertas en Madrid: la ausencia del artista que, por motivos de salud, no pudo trasladarse a España. Una España, además, que el escultor no ha visitado desde hace ya 45 años. En efecto, la firma de un joven artista llamado Henry Moore figuraba ya en 1936 al pie de un documento que cierto número de intelectuales británicos dirigió a su Gobierno para protestar contra la política de no intervención en la guerra civil española.Pero Henry Moore, en verdad, ya está entre nosotros. Esta gran exposición que acaba de abrirse en los jardines del Retiro madrileño, en los palacios de Cristal y de Velázquez, y que hasta ha depositado alguna de las monumentales esculturas en los espacios abiertos al lado de los citados edificios, aparece hoy como la mayor de las muestras que el mundo ha conocido de la obra de Moore, superior, incluso por la cantidad de obras expuestas, a las celebradas ya hace años en Londres, en la Tate Gallery, y en Florencia, en el Forte Belvedere; 590 obras, entre esculturas, grabados y dibujos, del más grande escultor vivo, realizadas a partir de 1924 hasta nuestros días, dan fe de esta presencia abrumadora. Una presencia, además, realzada, según han manifestado los propios organizadores británicos de la muestra, por el incomparable marco en el que ha sido instalada.

Lá exposición ha sido montada, en colaboración ejemplar, por el Ministerio español de Cultura, el British Council y la Fundación Henry Moore, mostrando también con toda claridad la eficacia de las relaciones cuiturales hispano-británicas. No cabe olvidar, pese a todo, que el esperpéntico golpe del 23 de febrero pasado pudo poner en grave peligro la realización de esta muestra, que, al fin y al cabo, ha sido posible gracias a la serenidad y al optimismo de sus autores. El hecho, por otra parte, de que el citado esperpento haya alejado de nosotros el regreso del Guernica da prueba contundente de los benéficos resultados culturales de estas negras operaciones.

Pero lo que resulta más esperanzador en este tipo de actividades es su doble vertiente de su repercusión cultural y pública. En efecto, desde hace ya algo más de un año, las actividades culturales y artísticas que se celebran en España -no solamente en Madrid-, cuentan con gran asistencia de público y con un manifiesto apoyo popular. En el terreno de las grandes muestras de arte, la Fundación March y el Ministerio de Cultura están dando muestras de un buen saber hacer, de una atención continuada a los fenómenos estéticos, poniendo a disposición del pueblo-grandes colecciones artísticas de todos los tiempos. La exposición Matisse, en la Fundación March, y la de la guerra civil española rompieron, el año pasado, todos los récords de asistencia. El Ministerio, por su parte, ha organizado inolvidables muestras de la obra de. Chillida, Saura y Tápies, y, ya más recientemente, ha presentado dos exposiciones de primera magnitud: la de los tesoros del Ermitage, de Leningrado, y ésta de Henry Moore, a partir de ahora instalada en el Retiro.

No es cierto, por tanto, o no parece serlo, el tan manoseado tópico de la separación entre pueblo y cultura. No es en absoluto cierto que la cultura, tanto la clásica como la contemporánea, sea un mundo elitista separado de las preocupaciones de la colectividad. Parece mucho más probable que lo esté, eso sí, de las.ocupacioñes de los consabidos políticos con anteojeras, de los financieros y economistas absortos en susbalances o hasta de conspim. radores más o menos en paro o que intentan dejar de serlo. España está entrando en los circuitos mundiales de la cultura de pleno derecho, y el pueblo la sigue con atención e interés. Si Henry Moore, pese a su salud y a su avanzada edad, tuviera ocasión de venir a España después de tantos lustros, así podría comprobarlo.

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