El Gobierno considera aceptables las previsiones sobre la economía española hechas por la OCDE
Medios próximos al equipo económico del Gobierno han manifestado que el informe de la OCDE sobre la economía española en 1981, que se acaba de publicar, coincide sustancialmente con las previsiones que el Gobierno ha hecho para este año, cuyas primeras estimaciones se hicieron en octubre, al realizar los presupuestos del Estado, según Europa Press.Como principales discrepancias con el informe OCDE, se señalan: la previsión de crecimiento de nuestra economía, que el Gobierno establecía entre 2 y 2,5 puntos, mientras que OCDE rebaja el incremento del PIB a 1,5. El empleo, donde la organización internacional es más pesimista que el Gobierno, y sitúa el paro en un 13,25%. A este respecto, señalan estos medios que el Gobierno daba por descontado el crecimiento del paro en el primer semestre, mientras que en el segundo se mantendría el empleo.
En el comportamiento del sector exterior (la OCDE avanza un déficit de 6.500 millones de dólares) se estima que es algo más pesimista que la previsión gubernamental, aunque razonable en términos generales.
14% de inflación
En cuanto al crecimiento de la inflación para 1981, que la OCDE sitúa en un 14%, frente al 15,5% de 1980, estos medios estiman que es una cifra optimista, considerando que el crecimiento de los precios sube o baja uno o dos puntos en cuanto haya la menor variación en los precios de la energía, se dispare el gasto público o cualquier variable macroeconómica se descabalgue lo más mínimo. También se observa que la positiva previsión de la OCDE debe de estar calculada sobre una supuesta estabilización de los precios del petróleo durante todo el año 1981, cosa muy deseable, pero nada segura.
Pesimismo sectorial
En resumen, los círculos gubernamentales estiman el informe OCDE como ajustado, pese al pesimismo que denota en el tema de empleo y sector exterior. En conjunto, son perfectamente asumibles sus previsiones.Finalmente, se observa que la evolución de la economía internacional va a condicionar mucho el comportamiento final de la economía española. Si la actuación de Reagan sigue como hasta ahora, sobre todo en política monetaria, Europa va a sufrir destrozos importantes. Y si Francia crece con Mitterrand a un ritmo más sostenido, España puede registrar a corto plazo un efecto beneficioso significativo, que se anotaría en el segundo semestre de este año.
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