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Reportaje:En 1984 todos estaremos bajo la vigilancia de algún ordenador / y 2

El hogar informatizado influirá decisivamente en las relaciones intrafamiliares

Frente a la inevitable invasión de la informática cabe la posibilidad de desconectar o asumirla como alternativa. Uno de los directores de Digital, una de las más importantes firmas mundiales en el campo de microordenadores, dice: «Prefiero que me controle un ordenador a que lo haga un Gobierno; el ordenador no tiene prejuicios». El mundo de lo natural y de lo informatizado parecen se pararse cada vez más. El hogar informatizado retiene al individuo en casa, le alivia de cualquier tipo de actividad mecánica y lo sumerge en un mundo de dígitos, cámaras y pantallas.

Repercusiones en la vida cotidiana tienen los ordenadores aplicados a las comunicaciones, a la enseñanza, a la medicina y salud y al propio hogar. Dejando a un lado la telemática (informática aplicada a las telecomunicaciones), que se integra en un área de grandes sistemas, lo mismo que la informática espacial (el reciente vuelo de la nave Columbia se retrasó precisamente por una avería en un ordenador), la informática es un instrumento valiosísimo en el campo de las comunicaciones, tanto telefónicas como a través de las ondas, e incluso en la Prensa escrita. Por medio de la composición de textos, por ejemplo, se consigue que páginas completas aparezcan en pantallas y se puedan modificar antes de pasar a las impresoras. Este sistema de ordenación y manipulación automática de textos permite a los periodistas redactar sus artículos directamente en el ordenador y éste dará prioridad a las noticias más importantes siempre que se le suministre un código de valoración para cada caso.En la educación, los microordenadores permiten ya a los alumnos intervenir, y de forma activa, en su propia educación. Parece que es un hecho comprobado que con la utilización de ordenadores se aprende con más facilidad, más rápidamente, y se retiene por mucho más tiempo en la memoria los temas estudiados. Los niños y estudiantes de la enseñanza primaria utilizan el ordenador normalmente para aprender las letras y las sílabas, para la gramática, las matemáticas y los juegos. Los jóvenes estudiantes encuentran en el ordenador una gran ayuda para el estudio de los problemas de la sociedad y los de grado superior, los utilizan básicamente para la simulación o entrenamiento de casos y experimentos reales.

Dentro de la aplicación de la medicina y la salud, los ordenadores ahorran la rutina y el tedio de los análisis diarios, además de ayudar a las especialidades concretas de medicina nuclear, patología, medicina laboral, bancos de sangre. Estos sistemas, en gran escala, pueden también clasificar y archivar historias clínicas, distribuir las habitaciones o controlar las necesidades sanitarias de una zona concreta o de una nación entera. La aplicación de la informática abarca a todas las esferas de la vida hospitalaria, desde la admisión de pacientes hasta su salida, pasando por los diagnósticos, las unidades de cuidados intensivos, facilitando las decisiones de médicos y enfermeras. Naturalmente, un ordenador no cura, pero ayuda a tomar decisiones encaminadas a tal fin.

El hogar informatizado

Probablemente uno de los hechos de mayores consecuencia, sociales es o va a ser la informatización del hogar. De alguna manera la invasión de ordenadores en los electrodomésticos, calculadoras familiares, juegos electrónicos... ya está cambiando las relaciones intrafamiliares y sociales, pero todavía habrá más cambios si se adoptan otros sistemas informáticos que de momento se están investigando, como el experimento de Ahwatukee o «casa de los sueños esplendorosos», situada al sur de Phoenix, en Arizona (Estados Unidos).

En una zona residencial de 2.000 hectáreas ha sido realizada una aplicación futurista de la electrónica, según informa la revista Radiorama en su pasado número del mes de abril. Se ha construido un edificio concebido como un laboratorio viviente en el que se ha instalado un sistema de microordenadores que desarrollan cinco funciones principales: la de información, la de conmutación de la carga eléctrica, la de control del ambiente, la de gestión de la energía y la de seguridad.

A pesar de que estos sistemas se han diseñado como un medio de planificación de la actividad familiar, los habitantes de la vivienda no se aperciben de la presencia del sistema a no ser que estén utilizando el ordenador, y ello por dos motivos. Primero, porque cuando al sistema se le ha enseñado una función, continúa realizándola automáticamente, y, segundo, por una razón de índole físico-decorativa, porque casi todos los elementos del sistema están escondidos en armarios o detrás de paneles. Tan sólo son visibles pantallas de rayos catódicos o teclados como los de una máquina de escribir.

Entre las funciones informativas que desempeña el sistema destacan las de almacenamiento y disposición de cualquier tipo de datos. que en todo momento pueden ser reclamados y relacionados (direcciones, números de teléfono, recetas, y otros datos de agenda que facilitan la planificación familiar). Además, desde el hogar se podrá acceder directamente a bancos de datos exteriores, se podrán consultar catálogos de vídeo y pedir los que interesen, se podrán realizar operaciones bancarias sin salir de casa, se podrán recibir lecciones de todo tipo y se podrá hablar por teléfono en pantalla. Si para todas estas operaciones se emplea una terminal inteligente, aunque el utilizador se encuentre fuera de su casa, éste puede pedir al ordenador, desde fuera, mediante un dispositivo de modulación y demodulación y del teléfono que realice cualquier función de las programadas.

La función de la conmutación de la carga eléctrica consiste en controlar los interruptores del edificio, controlar las luces. Programa la conexión y la desconexión de televisión y de luces de la entrada, según el grado de claridad. El control del ambiente es también fundamental porque la calefacción y la refrigeración constituyen el mayor consumo de energía del edificio. Cada dependencia de la casa tiene su determinado grado de climatización, según las necesidades. El ordenador controla la temperatura interna y externa para examinar la oportunidad y la posibilidad de abrir las puertas o las ventanas. Unida a esta función está la otra de administración y regulación de energía, ya que el ordenador controla los aparatos-eléctricos y detecta movimientos, por lo que apaga o enciende automática mente las luces. Este ordenador valora directamente en dinero el consumo de la energía.

La seguridad es la última función esencial del sistema. En estos hogares ya no existirán las cerraduras reforzadas tradicionales. En la puerta de entrada un teclado similar al de una calculadora posibilitará al propietario su acceso al interior. Al dar el código exacto, el ordenador desbloqueará la puerta. El propietario puede elegir el tipo de código que quiera y las condiciones y características o limitaciones que desee. En toda la casa existen detectores de humo y de movimientos, que permiten al ordenador advertir al propietario de la producción de un incendio o de la presencia de ladrones. El propio ordenador podrá accionar un interruptor para encender o apagar las luces. Una, instalación de circuito cerrado vigilará los lugares más estratégicos. En las situaciones de alarma, el sistema puede intervenir a través de mecanismos propios e incluso por medio del teléfono para enviar un mensaje de alarma grabado con anterioridad.

Naturalmente, todas las funciones de los cinco microordenadores son gestionadas por el propietario de la casa, que tiene la misión de programarlos. Para ello no es necesario que posea especiales conocimientos en el campo de tratamiento informático de datos, puesto que cualquier acción puede planificarla de la manera más simple y lógica.

Pérdida de relaciones humanas

Este experimento del hogar informatizado ha sido concebido sustancialmente como un laboratorio viviente para comprobar y demostrar en la práctica conceptos que en el futuro pueden ser incorporados a productos de fabricación masiva y que contribuirán, según los técnicos, a hacer más cómoda la vida y más acogedoras las casas, pero a nadie se le oculta la inquietud que produce la posibilidad de que estos sistemas contribuyan a aislar todavía más a las personas y a reducir todavía más el poco calor humano que existe en las relaciones con vecinos, compañeros de trabajo y amigos, sustituyéndolos por un teclado electrónico o una pantalla de vídeo.

Pero estos aspectos negativos no parecen preocupar a las grandes empresas fabricantes de ordenadores del mercado mundial (IBM, Control, Data, Digital, NCR, Univac) que cada vez se esfuerzan más por presentar unos ordenadores más inteligentes, más confortables, más fáciles de manejar, más pequeños, de mayor velocidad, de mejor color y, sobre todo, más baratos. «Prefiero que me controle un ordenador», decía hace poco Art Massice,t, director del grupo de microordenadores de Digital, «a que lo haga una persona o un Gobierno, porque el ordenador no tiene prejuicios». Así de fríamente se expresaba este ejecutivo, Para quien «la próxima generación usará ordenadores como nosotros utilizamos ahora automóviles. Pero a todo esto, las consecuencias sociales de la informática: preocupan no sólo a políticos, sino también a juristas, sociólogos y antropólogos.

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