El punto crítico aún no ha sido superado

El punto crítico de la salud del Papa aún no ha sido superado. La posibilidad de una infección es el mayor peligro después de una operación del tipo a la que ha sido sometido Juan Pablo II como consecuencia de las heridas de bala en el abdomen.Según diversos médicos consultados, la duración de la hospitalización del Pontífice no es previsible, a pesar de su total estado de consciencia y lo satisfactorio de su presión arterial y respiración.

Dado el gran número de órganos alojados en el abdomen, donde el Papa fue herido, y la trayectoria de la bala, que no es rectilínea, la intervención quirúrgica se llevó a cabo practicando una larga escisión para explorar adecuadamente todos los órganos, y especialmente un examen completo del intestino delgado.

Se procedió a un lavado de la cavidad intestinal y una limpieza del abdomen con ayuda de antibióticos. El segmento de intestino grueso (colon) afectado por la bala fue retirado, y el trozo «empalmado» a la piel forma lo que se denomina un «ano artificial», que permite el reposo del intestino, dada la difícil cicatrización de heridas en un tejido infectado. En dos o tres meses, el Papa será sometido a una nueva operación para restablecer la continuidad de los órganos afectados.