Cinco años de EL PAIS

Estos días hemos asistido a los primeros cinco años ¿habrá próximos? de EL PAIS, y hemos leído cómo se ha celebrado el evento:Asistió cierta clase política que está negando la democracia y la libertad de este país de continuo, pero hay que figurar. Intelectuales que no ejercen como tales ahora que la libertad se bate en retirada, meros adornos de la ocasión. «Colegas extranjeros» de todos los países. ¡Hasta de Calcuta!, imagínense.

Y como soporte de ello un suplemento en el cual nos hemos enterado de la nueva tecnología (¡qué bonita es la máquina de escribir!) y de la ampliación de EL PAIS, y nos hemos encontrado con los inefables artículos de los ya cansinos colaboradores de EL PAIS, todos satisfechos de escribir en el único periódico que en España merece tal nombre.

Bueno, ¿y los lectores? Bien, aracias.

Aquí, aquí estamos, día a día. comprándolo, haciéndolo nuestro dentro de nuestras escasas posibilidades y preguntándonos a cada momento: ¿ha salido El PAIS hoy?

No hemos participado de la fachada del prestigio, de la asistencia directa. ¿Se imaginan que en vez de seiscientos jarrones de adorno hubieran asistido seiscientos lectores y hubieran tenido la oportunidad de debatir con los redactores, con el director, sobre la marcha de EL PAIS? Demasiada democracia directa.

Pero aquí estamos contribuyendo a hacer de EL PAIS ese periódico que necesitamos. ¿Cómo?, de la única manera posible, comprándolo y leyéndolo, sosteniéndolo día a día.

Nosotros también hemos celebrado estos cinco años y deseamos muchos más, será señal de que alguien no ha logrado conseguir lo que se proponen: romper cierta identidad de libertad y democracía.

Enhorabuena, pues, a ustedes y a nosotros.