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Mensajes auditivos subliminales contra el robo en grandes almacenes

«No robaré. Si robo, iré a la cárcel». Este es el mensaje subliminal que últimamente se capta, sin ser oído, en algunos supermercados y grandes almacenes de Estados Unidos. Se trata de un nuevo sistema patentado y secreto de dirigir sugerencias auditivas directamente al cerebro, de manera subliminal, es decir, sin conocimiento del receptor. Con estos mensajes auditivos, lo único qué se oye a nivel consciente es música ambiental de sala de espera.

Los gerentes de los supermercados y grandes almacenes donde se utiliza actualmente este nuevo sistema antirrobo insisten en que sus pérdidas por robo del público se han reducido cinco veces y el robo de los empleados ha bajado diez veces, según el Wall Street Journal, de Nueva York.La empresa fabricante del sistema, Behavioral Engineering Corporation de Metairie, de Luisiana (Estados Unidos), afirma haber vendido ya más de veinte maquinitas o «cajas negras del doctor Becker», que deben su nombre de marca al presidente de la empresa, Hal C. Becker. El efecto podría ser semejante -según especialistas consultados- al de los anuncios visuales subliminales del cine o televisión, que fueron prohibidos en los años cincuenta por considerase una fórmula siniestra de control de la mente.

Los mensajes subliminales que se graban representan una amplia gama de posibilidades, cuya elección depende de los escrúpulos de la empresa que lo compra. Por ejemplo, una compañía inmobiliaria de Búfalo (Nueva York) instaló recientemente la cajita de música con el mensaje siguiente, dirigido a sus vendedores: «Me encanta mi trabajo... Soy el mejor vendedor». El presidente de la empresa afirmó que las ventas habían aumentado un 31%, sin otra explicación. Los testimonios de los clientes safisfechos con la llamada «caja negra» pueden recordar ligeramente a la famosa novela de George Orwell 1984, fecha que se aproxima. Sobre este método se ha iniciado ya una cierta polémica en los medios publicitarios y periodísticos norteamericanos.

"La huelga es mala. No iré a la huelga"

Aunque algunos hospitales y clínicas han adquirido este aparato y lo utilizan con un mensaje subliminal tranquilizador para pacientes en espera de cirugía («No me pasará nada. Todo saldrá bien... »), las posibilidades de abuso y el potencial político no son difíciles de imaginar.Un empresario sin escrúpulos podría programar de manera incontrolada el mensaje siguiente, por ejemplo: «La huelga es mala. No iré a la huelga. Perderé mi trabajo ... ». O, en vez de un mandamiento contra el robo en un gran almacén, fácilmente se podía añadir una coletilla publicitaria, como, por ejemplo: «Me gusta comprar. Necesito muchas cosas ... ».

Una sugerencia balsámica sería de agradecer quizá mientras se espera al dentista -aunque el paciente tiene derecho a su propio miedo y a la ansiedad y desconfianza ante el médico-. Además, los mensajes que podrían dirigirse a niños y jóvenes en colegios, o a los soldados, o a cualquier audiencia «cautiva», sin su conocimiento, equivaldrían prácticamente a un lavado de cerebro. Esta es la opinión, al menos, de la American Civil Liberties Union (Unión de Libertades Civiles de América).

Muchas empresas que ya han comprado el aparato -que cuesta cerca de 800.000 pesetas- no quieren identificarse por miedo a pleitos y a piquetes de protesta. En estos momentos, la «caja negra» plantea un interesante precedente jurídico al reclamar el derecho a no ser feliz en el trabajo.

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