La industria del tabaco pugna por el mercado del cigarrillo rubio
El gusto de los fumadores españoles, según demuestran las estadísticas de ventas, está girando vertiginosamente hacia el cigarrillo rubio. Los industriales del tabaco son conscientes de esta tendencia desde hace años. En la actualidad, Tabacalera es la única compañía facultada para fabricar y distribuir en el área del monopolio este producto, y los empresarios canarios que decidieron no integrarse en Tabacanaria -sociedad mixta de Tabacalera con otras de las islas Canarias- ven en las labores de tabaco rubio su única posibilidad de supervivencia. Quieren producirlo y colocarlo en el mercado peninsular.
El pliego de condiciones para la elaboración de tabaco negro aseguran que les viene corto. Pero en círculos del monopolio no está claro aún que una medida liberal para el tabaco rubio no sea una puerta franca para la entrada de las multinacionales en el sector.La sociedad española parece ser inmune a las campañas que desde distintos sectores, oficiales en alguna ocasión, se lanzan contra el consumo de tabaco. Las cifras lo demuestran. En 1972 se fumaron en España 870 millones menos de cajetillas que el pasado año, en el que «cada español» quemó 92 cajetillas de cigarrillos, 68 de tabaco negro y veinticuatro de tabaco rubio.
Los gustos de los españoles en la última década han sufrido una notable variación. En este tiempo, los cigarrillos rubios, aquellos que en su día fueron estraperlo en nuestro país y posteriormente inaccesibles para el bolsillo de la mayoría de los ciudadanos, han iniciado un sprint que les está acercando con rapidez a la cabeza de las ventas.
En 1973, año en que se inició la irresistible ascensión del tabaco rubio, los españoles consumieron el 90,22% de las cajetillas de tabaco negro y el 9,87% de rubio. El pasado año, los porcentajes fueron 74,48% y 25,52%, respectivamente. En 1972 se vendieron en nuestro país 2.424 millones de cigarrillos negros y 227 de cigarrillos rubios. En 1980, las cifras fueron 2.623 y 899 millones, respectivamente.
Varias circunstancias han ayudado a que los fabricantes de tabaco españoles vean en el cigarrillo rubio el nuevo rey del mercado. La adolescencia, el tiempo de los primeros pitillos a hurtadillas, es pobre en poder adquisitivo. Y el tabaco negro se presenta a propósito para el afán de iniciación. En adelante, las posibilidades para acceder al cigarrillo rubio se acercan. La publicidad, el alto standing con que las grandes compañías multinacionales presentan a su, mercado potencial en las campañas publicitarias a los consumidores de su tabaco y un deseo cierto de cambiar hacen el resto de la labor.
Frente a esta tendencia pujante del tabaco rubio, cuya demanda crece cada año a un ritmo del 20%, se sitúa un incremento anual del 2% del tabaco negro, que no cubre, prácticamente, el crecimiento vegetativo del mercado de fumadores.
La producción y venta de tabaco negro en España está repartida entre Tabacalera e industriales canarios. Tabacalera tiene en teoría el monopolio sobre el mercado peninsular, pero los industriales canarios acceden a él en virtud de un pliego de condiciones para la venta de sus cigarrillos negros en la Península, que data, en su última edición, de 1973. Merced a este pliego, estos industriales pueden introducir mil millones de cajetillas al año, pero no distribuirlas, labor esta que realiza la propia Tabacalera mediante sus redes habituales.
Hace dos años, Tabacalera decidió ampliar su actividad, por lo que integró a una serie de empresas y las agrupó bajo el nombre de Tabacanaria, SA (dedicada a la fabricación de cigarrillos), y Cigarcanaria, SA (dedicada a la fabricación de cigarros puros, en términos populares). Fuera de esa empresa mixta quedaron por propia voluntad una decena de industriales, entre los que sobresale Centro Industrial de Tabaqueros Asociados (CITA), que constituyó la Asociación de Cigarrillos y Cigarros de las Islas Canarias.
En 1972, la industria tabaquera canaria cubrió el 40,28% de las ventas totales de cigarrillos negros en la Península. Este porcentaje se redujo al 31,86% en 1976 y al 28,16% el pasado año. Frente a ella, Tabacalera participó, en los mismos años, en los porcentajes siguientes: 59,72%, 68,14% y 71,84%, respectivamente.
Las ventas del tabaco negro en la Península realizadas por los industriales canarios durante 1972 as
La industria del tabaco pugna por el mercado del cigarro rubio
cendieron a 976 millones de cajetillas; durante 1980, excluidas las empresas que conforman Tabacanaria y tienen origen canario, la cifra descendió a 738 millones de cajetillas.La política oficial, orientada al ingreso de España en la CEE, agrava aún más el futuro de la industria de los empresarios canarios independientes. En la Comunidad no se produce una diferencia de precios entre el tabaco rubio y el negro tan notoria como en España. La aproximación de ambas bandas es presumible que favorezca aún más las ventas del cigarrillo rubio.
Esta circunstancia y la actual y contrastada tendencia al alza del consumo de cigarrillos rubios y la baja de ventas de tabaco negro en la Península está moviendo a los industriales canarios a, solicitar de la Administración permiso para la fabricación de tabaco rubio y posibilidad de colocarlo en la Península. En ello ven sus posibilidades de subsistencia.
Tabacalera es en la actualidad la única empresa facultada para fabricar y vender cigarrillos rubios en el área del monopolio, en el que participa con un 77,3% de ventas, seguida por los cigarrillos USA (20,6%) y otros (2,1%). En este mercado, el Fortuna -producto que tiene en común con la Philip Morris- es la marca más vendida, seguida a considerable distancia del Winston, Florida, Lola, Bisonte, Un-X-Dos, Marlboro, Piper mentol, Lark y Tres Carabelas.
Los industriales canarios encuadrados en la Asociación de Cigarrillos y Cigarros de las Islas Canarias se dirigieron en 1978 al Ministerio de Hacienda para pedir permiso de fabricación de tabaco rubio y un nuevo planteamiento del pliego de condiciones. Un año antes, un estudio de la Junta de Canarias trataba esta posibilidad como la solución para la industria tabaquera canaria. La postura de Tabacalera, ante esta intención de los industriales canarios, es de apertura al diálogo, según manifestó un portavoz autorizado de esta sociedad a EL PAIS. Tabacalera, según esta fuente, no se opone a estudiar el pliego que estipula las condiciones de fabricación de los industriales canarios (en el vigente no se permite la producción de rubio) y, si llega el caso, pactar uno nuevo.
No obstante, existen ciertas suspicacias respecto al futuro permiso. Los industriales canarios independientes entienden que el objetivo de Tabacalera es arrinconarles para que negocien su entrada en la empresa mixta Tabacanaria, SA, y por parte del monopolio se presume en la medida una amplia puerta para la entrada de multinacionales en la industria del tabaco.
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