Se instalarán en las cárceles sistemas de seguridad electrónicos

En los próximos meses van a ser instalados en las prisiones españolas los nuevos sistemas de seguridad electrónicos, que permitirán la reducción de los efectivos de la Guardia Civil dedicados a servicios de vigilancia de estos centros, según han informado a Europa Press fuentes competentes.Las mismas fuentes han señalado que esta operación está siendo estudiada desde hace unas semanas, de forma conjunta, por la Dirección General de la Guardia Civil y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias.

En estos momentos cumplen servicios de vigilancia en prisiones alrededor de 4.000 guardias civiles, y se trata de que la implantación de los nuevos sistemas de seguridad reduzcan el número sensiblemente, para quedar en unos mil. El nuevo sistema de seguridad favorecerá a la Guardia Civil, según dichas fuentes, ya que una parte importante (un 20%, aproximadamente) está dedicado a labores de vigilancia de edificios, función que no se considera específica de la Guardia Civil. El cuerpo recuperará unos 3.000 hombres.

Como se sabe, en aeropuertos e instalaciones militares la Guardia Civil va a ser sustituida por el Ejército con ocasión de las recientes medidas antiterroristas. El cuerpo está formado actualmente por unos 60.000 miembros.

Los nuevos sistemas de seguridad consistirán, especialmente, en la instalación de barreras de microondas y circuitos cerrados de televisión, que harán la vigilancia de las cárceles, según las mismas fuentes, más racional, eficaz y segura.

El reforzamiento de la seguridad de las cárceles mediante elementos electrónicos era una necesidad sentida desde hace mucho tiempo, dada la relativa frecuencia con que se han producido en los últimos tiempos fugas, en algunos casos espectaculares, de presos. En los años 1977-1978 se produjeron varias fugas de grupos de presos a través de túneles, y, posteriormente, se produjo la nunca bien explicada fuga de cinco dirigentes de los GRAPO de la cárcel de Zamora, donde cumplían condena. Recientemente, la fuga de tres peligrosos presos de la cárcel de Carabanchel, entre ellos uno de los presuntos autores del asesinato en octubre de 1974 del marqués de Valencina, ha puesto de nuevo en evidencia los fallos del sistema carcelario español.