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ELECCIONES FRANCESAS

Los militares franceses votarán mayoritariamente por los candidatos Giscard d'Estaing y Jacques Chirac

Dos de los veinte presidentes con los que contó la República Francesa, durante su siglo largo de vida, fueron militares: Patrice de Mac Mahon y Charles de Gaulle. En los momentos críticos de la historia republicana francesa, el Ejército se ha manifestado siempre, unas veces para garantizar el régimen democrático y otras para amenazarlo. Tras los sobresaltos provocados por la descolonización que siguió a la segunda guerra mundial, el poder político protagoniza la vida de la República sin inquietudes. El presidente y candidato, Valéry Giscard d'Estaing, y el gaullista, Jacques Chirac, son los predilectos del Ejército francés en estas elecciones presidenciales de 1981.François Mitterrand, el candidato socialista a las presidenciales, fue el último denunciante del «golpe de Estado permanente» que ilustró en un libro, con ese mismo título, al inicio de la V República fundada por el general De Gaulle en 1958. Aquel golpe, sin embargo, generado por la debilidad de los Gobiernos de la IV República ante el drama argelino, fue apoyado por los socialistas de esta época (Mitterrand aún no lo era).

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Una vez liquidado el contencioso argelino, «el Ejército francés está en su sitio, es decir, en los cuarteles, dedicado a vigilar lo que constituye su tarea exclusiva: la defensa del territorio nacional», declara un oficial que prefiere silenciar su nombre, y que añade: «La mejor garantía de lo anterior reposa en la inteligencia, en la fuerza y en la legitimidad del poder político. La democracia francesa, hoy, desde el poder o desde la oposición, está servida por hombres capaces, y por un pueblo que avanza en el sentido de la conciencia de la libertad».

Lo anterior es cierto, sin duda: ocurra lo que ocurra, en este país a nadie le pasa por la cabeza la imagen de un militar interviniendo en la vida civil. Ahora bien, a pesar de que la descolonización significó un giro para el protagonismo del Ejército, otro elemento, de orden vanguardista, le ha conferido una nueva dimensión de peso. En efecto, al final de la década de los años sesenta se creyó que la fuerza de disuación atómica se convertiría en el vector fundamental de la defensa nacional y que, con ello, el papel de los militares podría quedar relegado a una labor puramente técnica y, en consecuencia, se apartarían de las preocupaciones políticas. Los años y el desarrollo de esa fuerza atómica han probado que, por el contrario, el sistema industrial-militar, más o menos indirectamente, representa una baza en manos del Ejército.

En el plano puramente electoral, el Ejército francés supone un millón de votos, contabilizando todos los componentes que integran la denominada sociedad militar, esto es, soldados y cuadros, en activo o en la reserva estos últimos.

Por lo que se refiere al contingente, se trata de una franja de la sociedad gala, heterogénea y, en todo caso, perfectamente normalizada, es decir, en la que parecen haber desaparecido todos los síntomas de la contestación que siguió a mayo del 68.

Militares de derechas

La clase militar, desde el general al sargento, es de derechas y votará por el presidente, Valéry Giscard d'Estaing, o por el gaullista, Jacques Chirac. Todos los sondeos o estudios que se conocen sobre el particular son cojos, debido a la reserva o al silencio que se imponen los militares.Uno de los más prestigiosos institutos de opinión realizó hace unas semanas una encuesta, que dio el siguiente resultado: el 51% votará por Giscard; el 25%, por Chirac; el 11 %, por Mitterrand, y el 1%, por el comunista Marchais, que continúa siendo el demonio para el Ejército galo.

Posteriormente se advirtió en el Ministerio del Ejército que de las 1.500 personas que habían sido interrogadas por este instituto de opinión, sólo respondieron 310 mandos, hecho que abunda en el sentido del misterioso voto militar. Pero testimonios múltiples, recogidos con motivo de estas elecciones presidenciales, probarían que Giscard es el niño bonito de las tres armas del Ejército francés, y que Chirac le sigue y gana puntos cada día que pasa.

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