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Londres ofrece su apoyo a Washington para intervenciones militares al este de Suez

Andrés Ortega

Al Gobierno británico le gustaría poder participar en el proyecto estadounidense de una fuerza de despliegue rápida para intervenciones fuera del área de la Alianza Atlántica, pero sus medios no le permiten más que una modesta contribución militar y un pleno «apoyo político» a esta idea, declaró ayer el ministro británico de Defensa, John Nott, al presentar el segundo libro blanco de defensa del Gobierno de Margaret Thatcher.Gran Bretaña considera primordial el mantener la seguridad de sus recursos y, aunque no puede tener una significativa presencia militar al este de Suez, sí espera ayudar a sus amigos de fuera de la OTAN en términos de asistencia, intervención y despliegue de fuerzas. El Gobierno británico no tiene, sin embargo, ningún plan para crear una «fuerza de intervención particular», aunque siempre estará dispuesta a cooperar con Estados Unidos y sus aliados en tiempos de crisis.

El Gobierno está estudiando métodos para mejorar la capacidad británica de intervención «a un coste modesto», estableciendo almacenamientos de equipos especiales para este tipo de operaciones, con un batallón de paracaidistas que pudiera desplegarse en quince minutos. Para mejorar el mando y control de estas operaciones se creará un estado mayor que se encarpará de las «Intervenciones de contingencia» fuera del área de la OTAN.

El Reino Unido gastará 12.275 millones de libras (27.000 millones de dólares) en defensa en 1981-1982, lo que representa un 8% de aumento presupuestario en términos reales en tres años, un punto menos de lo que deseaba la OTAN.

En los próximos meses, pero pensando principalmente en la década de los años noventa, Nott piensa revisar la postura defensiva de Gran Bretaña, teniendo en cuenta la nueva tecnología. Sin embargo, el Reino Unido seguirá adelante con su proyecto de renovación de su arsenal nuclear estratégico con los nuevos submarinos y misiles Trident, y se espera que los primeros de los 160 misiles Cruiser norteamericanos sean instalados en territorio británico en el año 1983.

Por otra parte, en este libro blanco, la primera ministra, Margaret Thatcher escribe que la Unión Soviética está dispuesta a utilizar su inmenso poderío militar para lograr sus fines políticos, aunque no hay razones para creer que atacará a la OTAN.

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