Polémica informativa

Cuando el pasado sábado decidimos la publicación en nuestras páginas del artículo que habíamos recibido del teniente coronel Tejero nos imaginábamos que, lógicamente, se produciría en torno a él un cierto revuelo y algún desconcierto. Imaginábamos también que, no menos lógicamente, se sabría ver el valor informativo y documental de un texto que, en rigor, nada nuevo descubría, aun cuando respondiera abundantemente a las lógicas curiosidades de los lectores en torno al singular personaje que durante dieciocho horas puso en vilo toda nuestra convivencia nacional.¿Dar cabida a sus comentarios era, de algún modo, dar alimento a las ideas golpistas? Tal vez lo hubiera sido si el trabajo en cuestión hubiera contenido verdaderamente ideas o si Abc hubiera contado con unos lectores incapaces de distinguir ciertas efusividades emotivas del autor con la ausencia de razón de sus planteamientos de fondo. Y, para mayor abundamiento, Abc cuidaba muy mucho de señalar, junto al propio trabajo, sus profundas contradicciones de fondo y la radical discrepancia de nuestro periódico con él. (...)

No vamos a entrar en discusión con aquellos diarios que han discrepado de nuestra decisión de publicar tal artículo. Es un tema en el que todas las opiniones son posibles. Pero creemos que nadie como los periodistas podrán entender lo que es tener en las manos un documento que -a pesar de su inanidad ideológica- contaba con un incuestionable valor informativo sobre la personalidad de su autor. Que se pregunten simplemente qué habrían hecho ellos en nuestro caso, especialmente si hubieran sabido que de su negativa no se hubiera deducido el silencio de su texto, sino simplemente el que apareciera en unas páginas distintas, en cualquiera de las muchas que lo ambicionaban.(..)

14 de abril