Aire festivo en Berlín Oriental
Con pancartas, pasquines y banderas nacionales y rojas por todos los edificios del centro de la ciudad, Berlín Este tomó un aire dominguero el día del comienzo del X Congreso del Partido Comunista de la RDA.Inmediatamente detrás del muro, desde la caseta de la aduana, se divisa ya la primera pancarta, roja con letras blancas, que anuncia: "Toda la fuerza para el fortalecimiento de la patria socialista de la RDA". Berlín Este tenía ayer un aire festivo y dominical. Los pasquines en las paredes muestran obreros rubios y robustos, que dicen «Por el bienestar del pueblo. Nosotros lo conseguimos». La consigna lanzada por el Comité Central -«Lo mejor para el 10º Congreso del Partido. Todo para el bienestar del pueblo»- aparece transformada en cada esquina con frases de acuerdo con el carácter de la empresa donde se coloca la pancarta. Hasta el Berliner Ensemble, el teatro de Bertolt Brecht donde se conserva la más pura ortodoxia brechtiana, aparece con una enorme pancarta sobre el tejado. Quizá uno de los pasquines más curiosos es uno que dice sin más «te damos las gracias, partido».
La noticia de apertura en los diarios de la RDA ayer era la llegada de los delegados al congreso del partido.
«Los delegados fueron saludados cordialmente en la capital», tituló el órgano del Comité Central Neues Deutscilland en su información más destacada, a tres columnas y en primera página.
Quizá para mantenerse la actividad productiva en el paso fronterizo del muro entre los dos Berlines, en el célebre Check Point Charlie, los miembros de la policía popular controlan concienzudamente los equipajes de los periodistas que llegan, con especial atención de los productos impresos.
Tras un cuarto de hora, un funcionario policial regresó para devolver al enviado especial de EL PAIS los periódicos provocadores de recelos. El hecho puede resultar revelador de una lógica, que obliga a perseguir con minuciosidad prusiana la entrada de productos impresos en la RDA, mientras la televisión occidental alcanza perfectamente las tres cuartas partes del territorio del país. Los intentos de las autoridades de la RDA de combatir la difusión de la Prensa occidental en su país son similares a los del que quería vaciar el océano a cucharadas.
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