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CANARIAS

Un concurso radiofónico provoca en Tenerife un caos circulatorio

Un curioso concurso radiofónico que celebró ayer por primera vez la emisora Radio Club Tenerife, de la Cadena Ser, consistente en el sorteo de un aparato gigante de radio-casete, provocó un gran atasco automovilístico en las calles de la capital de Santa Cruz de Tenerife.

Más de seiscientos automovilistas, a los que iba destinada la convocatoria, se concentraron en los alrededores de los estudios de la emisora, situada en una de las principales vías de la ciudad, y colapsaron durante un par de horas la circulación de automóviles. La Policía Municipal tuvo que acudir al lugar para evitar que el caos circulatorio se prolongara por mucho tiempo.Para intervenir en el concurso bastaba poseer la condición de automovilista y presentarse en los estudios-radiofónicos a fin de acreditar el número de la matrícula del coche. El cumplimiento de tales requisitos daba derecho al propietario del automóvil que en esos momentos, durante el mediodía, estuviera sintonizando el programa Tajaraste, de Radio Club Tenerife, a participar en el sorteo de un radio-casete y dos regalos sorpresa, que luego resultaron ser un billete para una través a en barco pirata a una recóndita playa de la isla y dos matrículas para estudios politécnicos.

Miedo del ganador

El ganador del concurso confesó, cuando recibía el premio, que lo que más temía era que su mujer le riñera por haber dejado momentáneamente a su hija, a la que tenía a su cargo, para acudir en busca del número que le dio la suerte.

Radio Club Tenerife es la emisora decana de las islas y hace algo más de un año se incorporó a la Ser, tras atravesar una profunda crisis. Hoy es una de las principales empresas radiofónicas de Canarias, que se ha ganado la audiencia en corto plazo de tiempo combinando el rigor de la información con la explosividad del directo y el lenguaje desenfadado.

Un mono apedreó a dos transeúntes

Un mono, que se encontraba atado en una barca del puerto de La Luz, apedreó ayer a unos transeúntes, uno de los cuales tuvo que ser asistido en la casa de socorro de Las Palmas de Gran Canaria, ya que una de las piedras le rompió las gafas y los cristales le hirieron en la cara, según informa Efe.

Andrés L. N. y su hijo recibieron las pedradas del mono cuando se dirigían a los varaderos del muelle de Santa Catalina para hacer algunas gestiones. El que recibió la peor parte fue el muchacho, que tuvo que ser asistido en la casa de socorro, donde se le apreció «contusión en pómulo derecho». La Sociedad Protectora de Animales se hizo cargo del animal.

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